Intervenciones “in scriptis” del Sínodo (XV)

Intervenciones por escrito de los auditores

Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, jueves 15 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación las intervenciones in scriptis de los Auditores que no tomaron la palabra durante las Congregaciones.

******

Sr. Ngon-Ka-Ningueyo (François) MADJADOUM, Director de SECADEV (Secours Catholique et Développement) (CHAD)

Después del conflicto de Darfur, los refugiados sudaneses han afluido al este del Chad a partir de 2003. A los refugiados, que son más de 250.000, se añaden más de 1.500.000 cabezas de ganado. Esta llegada en masa ha acentuado la presión sobre los recursos naturales.

El SECADEV (Secours Catholique et Développement) dirige tres campos de refugiados, Kounoungou, Milé y Farchana, que acogen actualmente a 55.000 personas. Coordina la asistencia humanitaria, se ocupa de la preparación de los refugios y de las infraestructuras, de la distribución de víveres y otras cosas, de la suministración de agua potable, de la higiene, del saneamiento y del ambiente.

La convivencia pacífica entre los refugiados y la población que los acoge está relacionada con el hecho de que los refugiados y las poblaciones que los acogen pertenecen al mismo grupo étnico. El único problema que enturbia estas relaciones positivas de convivencia es el territorial.

El SECADEV es una Cáritas cuya misión es sobre todo la de socorrer y luego “poner en pie”.

Con las financiaciones de la red Cáritas, ha relanzado con bastante rapidez las actividades agrícolas y la ganadería en algunos poblados.

Cuando se trata de conflictos relativos a la paja, la leña o las tierras, se producen agresiones a las mujeres que van a recoger la leña o se niega la concesión de tierras de cultivo a los refugiados, etc.

Para responder a esto, se ha puesto en marcha una formación específica para las animadoras del sector sociocomunitario con el fin de seguir y acompañar a las mujeres víctimas de agresiones.

El SECADEV hace lo que está en sus manos por “la misión al servicio de la paz”, sirve a la sociedad sin distinción alguna de etnia, religión y nacionalidad: todos los hombres están creados a imagen y semejanza de Dios y su deber es el de socorrer a quien lo necesita.

El SECADEV trabaja en un ambiente en el que el Islam es predominante (más del 90% de la población) y por tanto su acción es una forma de diálogo con el Islam. Se ve como una obra cristiana pero se aprecia y se respeta.

[Texto original: francés]

******

Sra. Marie-Madeleine KALALA NGOY MONGI, Abogada, Ministra Honoraria de Derechos Humanos (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO)

Si bien es cierto que el número de cristianos católicos ha aumentado desde la primera Asamblea sinodal, la imagen de África ¿se ha transformado verdaderamente? Sus mejores hijos han participado y participan en el gobierno de sus países, pero una vez en el poder, cambian de actitud, como lo ha recordado en esta sala uno de los padres sinodales que ha hablado de la coexistencia de dos consciencias. Son los mismos que se ven los domingos en misa y que participan contemporáneamente en los llamados grupos de despertar y en las logias masónicas.

Mientras exista la pobreza y la guerra, será difícil encontrar familias unidas a imagen de la de Nazaret, dentro de las cuales, además del amor, se considere como una prioridad la educación. La educación transforma al ser humano y, con los valores éticos, puede luchar contra los falsos ídolos (fetichismo, brujería, enriquecimiento indebido, egoísmo, misticismos, etc.)

Es necesario que nuestra Iglesia:

– se comprometa sin temor no sólo denunciando, sino también desaprobando y, por qué no, condenando los comportamientos desviados de los líderes católicos;

– los invite a reconstruir la familia en el seno de la sociedad a través de una mejor política social que permita a todos el acceso a la enseñanza;

– aumente las subvenciones a los capellanes de los jóvenes y de los estudiantes;

– intensifique la formación de los laicos y de las familias cristianas, en particular mediante una mejor difusión del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, que debería ser el libro preferido de todos los de buena voluntad;

– aumente los espacios y los momentos de colaboración con los distintos agentes;

– asegure el continuo apoyo de los laicos católicos comprometidos en política a través de unos mecanismos que sean comprensibles para todos.

[Texto original: francés]

******

Rev.da Hna. Marie-Bernard ALIMA MBALULA, Secretaria de la Commissión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal del Congo (C.N.E.C.O.) y de la Associación de Conferencias Episcopales de África Central (A.C.E.A.C.), Kinshasa (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO)

Dios ha dotado a la mujer de dones específicos para que pudiera cuidar la vida. De hecho, el saber acoger, la gratuidad, el darse a sí misma, la compasión, la ternura, la paciencia, la solidaridad, la atención, la bondad, la comprensión, etc… son otros tantos valores presentes en la mujer e indispensables para dar vida.

La conciencia de estos dones se vuelve entonces una misión, una tarea que es el testimonio específico que la sociedad espera particularmente de ella. En todos los sectores a los que es llamada a trabajar, es decir en la familia, en la Iglesia, en política, en la sociedad, en la lucha, su aporte es el de poner en el centro de todas las preocupaciones la vida humana. Las mujeres están llamadas a enriquecer todos estos campos con los valores humanos con su presencia eficaz y eficiente.

Desgraciadamente, a menudo no se perciben los efectos de esta presencia, sobretodo en campo político. Es legítimo entonces preguntarnos: ¿Dónde están las mujeres comprometidas en política cuando los dirigentes africanos adoptan leyes que destruyen a África? El silencio de las mujeres en cuestiones vitales debería preocuparnos.

La misión de la mujer es exigente, porque requiere espíritu de iniciativa, creatividad, inventiva y coraje para ir contra la corriente respecto a la cultura de muerte y de violencia que deploramos. Esta obliga a cambiar a las organizaciones sociales, desde dentro, aportando un toque femenino.

En la realización de esta delicada misión, las mujeres necesitan la colaboración de los hombres para que juntos, hombres y mujeres, cada uno pueda dar su propio aporte para la humanización de la sociedad. [Texto original: francés]

******

Dr. Victor M. SCHEFFERS, Secretario General de la Comisión Justicia y Paz de los Países Bajos, La Haya (PAÍSES BAJOS)ç

La Iglesia en Europa no se puede distanciar de los problemas políticos, sociales y económicos de los países africanos. En esta intervención, quisiera centrar mi atención en la respuesta holandesa al llamado de nuestras comisiones hermanas en el extranjero y en África en particular.

Cuando fue creada en 1968 por la Conferencia Episcopal holandesa, Justitia et Pax-Netherlands
se estaba dando a la tarea de buscar un despertar de las conciencias en la comunidad católica y no sólo, sobre la responsabilidad y capacidad que todos los pueblos tienen de traer la justicia y la paz tanto en nuestros países como en el mundo entero.

Justitia et Pax-Netherlands le da una interpretación actual al informar, inspirar, motivar y movilizar a los católicos para contribuir a la promoción de una justa sociedad global, al influir en los procesos sociales y políticos, conjuntamente con otros que comparten nuestra perspectiva en la sociedad civil.

Nuestra solidaridad con las comisiones hermanas que trabajan por la reconciliación, la justicia y la paz pueden manifestarse de muchas maneras. Les ayudamos a fortalecer su capacidad para pronunci
arse y defender sus propios derechos y a tomar parte en el despertar de las conciencias, a promover y a hacer lobby en sus países y a nivel internacional, a desarrollar una estrategia que una la indignación moral (como lo han mencionado muchos obispos en este sínodo) a las soluciones políticas prácticas que se presentan en el momento y del modo adecuado ante nuestros gobiernos, la Unión Europea y las Naciones Unidas.

Quisiera animar a todos los obispos a que inviten a los laicos y a las mujeres a trabajar con ellos en kas comisiones de justicia y paz en todos los niveles de la Iglesia.

[Texto original: inglés]

******

Rev.da Hna. Bernadette MASEKAMELA, C.S., Superiora General de las Hermanas del Calvario (BOTSUANA)

Presento mi argumento como “Diocesan Congegations vs. Self Reliance” (Congregación diocesana vs. la autosuficiencia) para vuestra autorización. Hago referencia al capítulo 1 del Instrumentum laboris (20) que habla de la autosuficiencia en vista del hecho de que las ayudas en África están disminuyendo. Quisiera creer que hemos avanzado como africanos y que muchos países han pasado de un extrema pobreza a una situación más aceptable en lo económico. En las congregaciones diocesanas, por ejemplo, no está disminuyendo solamente la ayuda de afuera, sino que la asistencia diocesana misma es mínima, o inexistente, sin mencionar sus estructuras y proyectos.

Las congregaciones diocesanas forman parte de la estructura de la Iglesia. Si queremos participar de la misión de la Iglesia a todo nivel, inclusive los más altos como los de la política y del derecho en todos sus ámbitos, es necesario que sean formados espiritualmente, teológicamente y profesionalmente, y me pregunto cómo pueden ser formados si no tenemos los medios. Es este el desafío que quiero presentar no solamente a la responsable que opera con las congregaciones diocesanos, sino también con las mismas congregaciones diocesanas, para que se levanten y hagan algo.

Por lo tanto, reverendísimos padres y madres, según mi opinión creo firmemente que si nosotros, congregaciones diocesanas, debemos convertirnos en agentes de justicia, paz y reconciliación (partiendo naturalmente de nosotros mismos, de nuestras comunidades), debemos tomar iniciativas importantes para mejorar nuestra capacidad. Esto, además, contribuiría según mi parecer, a promover una mayor colaboración con los lideres de la Iglesia.

Por lo tanto, hago un el siguiente llamado a las congregaciones diocesanas: examinar seriamente la diversificación de nuestros recursos económicos y ser autosuficientes. Diversificar nuestro apostolado y formar religiosas que puedan tomar parte a los muchos foros existentes de alto nivel. Además prepararnos a superar las fronteras de nuestras diócesis para ofrece nuestra competencia a nivel regional, nacional e internacional.

[Texto original: inglés]

******

Prof. Gustave LUNJIWIRE-NTAKO-NNANVUME, Secretario internacional del Movimiento de Acción Católica Xavéri (MAC Xavéri), encargado del laicado en la región de Kivu (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO)

Un vistazo breve y objetivo al África de nuestros tiempos nos revela que el 60% -70% de la población africana tiene menos de 30 años, y son jóvenes que viven en crisis, ya que si bien son africanos, han adoptado a un estilo de vida, actitudes, valores y pensamientos inspirados en el mundo occidental.

Llevan, por lo general, sus vidas sin ideales ni esperanzas en un mañana. Aquellos que tienen la suerte de estudiar, lo hacen sin la esperanza de encontrar un empleo a corto, medio o largo plazo. A esto le sigue entonces un desempleo sistemático y una dispersión juvenil caracterizada por: el reclutamiento en grupos armados, la fuga de cerebros, la inmigración clandestina y la delincuencia juvenil bajo todas las formas: tóxicodependencia, prostitución, etc.

La inadecuación entre las infraestructuras de educación y la evolución demográfica, produce efectos nefastos en la capacitación de los jóvenes, generando todas las consecuencias que ello implica a todos los niveles.

Moralmente vulnerables, por ellos pasan las nuevas ideologías, las sectas, la homosexualidad, la tóxicodependencia, el tráfico de seres humanos, el reclutamiento de mercenarios y de grupos armados.

Futuros dirigentes de instituciones gubernamentales y eclesiales, los jóvenes no se benefician de la atención ni de un acompañamiento proporcional a su importancia demográfica.

La durabilidad de la reconciliación, de la justicia y de la paz en África podría tener como sus protagonistas a los jóvenes y movimientos de acción católica, semejantes al movimiento Xaveri.

La misión que se les ha confiado requiere una formación permanente, como la que reciben los ejecutivos. Además convendría promover la enculturación, favorecer y apoyar los encuentros de jóvenes y miembros de movimientos de países diferentes, de diferentes regiones, para poder darles la oportunidad de intercambiar experiencias de paz y de justicia promotoras de la cohabitación pacífica; y agentes de evangelización testigos de su fe en el contexto africano actual, que aman su cultura y se centran en ella para la transmisión del mensaje y del desarrollo.

[Texto original: francés]

******

Sr. Kpakile FÉLÉMOU, Director del Centro DREAM, Conakry (GUINEA)

En el Evangelio de Mateo, capítulo 25, el Señor se reconoce en los pobres. En el de Juan dice: “El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada” (Jn 15,5).

He aquí las dimensiones de la Comunidad de San Egidio: Permanecer en Cristo y amar a los pobres y abrirse al pueblo, al mundo. En cerca de treinta países africanos, nuestras Comunidades viven al ritmo de la oración, de los pobres: San Egidio es un amigo cierto, un socorro fiel de todos: prisioneros, niños huérfanos, niños de la calle, extranjeros, enfermos, afectados por el SIDA y sus familias, refugiados y una larga lista. Tenemos el servicio por la paz, a beneficio de todos, ricos o pobres, muy conocido hoy después, de los Acuerdos de Paz de Mozambique firmados en 1992, gracias a la mediación de la Comunidad y del gobierno Italiano. Las Universidades en Guinea, en Costa de Marfil, en Camerún, etc… son los nuevos areópagos en los que hemos propuesto frecuentemente el Evangelio. Nuestra experiencia como Movimiento, nos ha hecho comprender hasta qué punto son numerosas las preguntas dirigidas a la Iglesia en África, pero también hasta qué punto son inspiradas por el Espíritu. Es hermoso ver que los laicos africanos se comprometen en la oración y por los pobres. En los Movimientos, los africanos se liberan del espíritu victimista, de la resignación y del temor inútil de las prácticas ocultas, tan extendidas en nuestro continente.

Los Movimientos, son frecuentemente un puente entre África y el norte del mundo, generan laicos capaces de romper distancias. En conclusión:

– Nos parece que el Sínodo es la ocasión oportuna para alentar los Movimientos de los laicos, para adaptarse mejor y recuperar a los jóvenes sin fe y responder a las necesidades de fe y espiritualidad de su estado anímico, de amistad eficaz, que se refiera a los problemas que viven.

– Los jóvenes, tan a menudo desarraigados, desean una vida digna. Buscan un futuro mejor y hacen todo lo posible por amar su país. Servir a los pobres, para ellos, es también una liberación de la dictadura del materialismo práctico que amenaza sus vidas. Aquí, el encuentro con los musulmanes es concreto y menos tenso. Los Obispos del norte y los de África tienen que hacerse más amigos, tener más confianza, separar su mirada de la historia.

– Los Obispos de África deberían aferrarse a este Sínodo para poner fin en África a la
s prórrogas de los mandatos presidenciales que han expirado o en vías de hacerlo. Y ello bajo todas las formas posibles de presentación.

Igualmente, restringir completamente las “ligas” del poder centralizador de la primogenitura. El África que sufre, y el mundo entero indignado os aplaudirán y apoyarán. Corremos un gran riesgo en estos diez últimos años, ya que en el futuro la sociedad africana tendrá nuevos rebeldes, consecuencia de los mandatos presidenciales que han sido prorrogados.

[Texto original: francés]

******

Sra. Rose BUSINGYE, Fundadora y Presidenta del Meeting Point International, Kampala (UGANDA)

La fe debe penetrar los estratos más profundos de lo humano, debe llegar allí donde se forman los criterios de percepción de las cosas y en aquello que se considera profano y transformarlo en un bien para todos.

Hay un punto de partida cuyo inicio está en el gesto de Dios. Si el hombre cree, es ese el camino para que pueda reconocerse y vivir esta pertenencia, esta cercanía a Dios, obedeciendo a su compañía, la Iglesia, y así llegar a la felicidad, a la justicia y a la paz para sí mismo y para los demás. Un hombre que sabe de dónde viene y adónde va. De la fe nace un criterio nuevo para relacionarse con las cosas, con los hijos, con la escuela, con la política, el ambiente.

Para construir justicia, reconciliación y paz, no podemos no partir del construir lo humano, del ayudar al hombre a que sea él mismo, a que sea hombre; no partir de un detalle, sino de su totalidad. El hombre “es” deseo de justicia, de paz, de reconciliación. El Sínodo es para mí la oportunidad de descubrir el significado de estas palabras, es decir, el significado de la vida y de todos los problemas que hay en África y en el mundo entero. El Sínodo es para mí una provocación para descubrir la plena dignidad de la vida humana.

Sin la conciencia de nuestra humanidad no podemos ayudarnos a nosotros mismos y mucho menos dar una ayuda real a los demás. En vez de ayudar a los demás y a nosotros mismos, seguiremos lamentándonos, seguiremos ofreciendo solamente la compasión y, con tal de responder algo, les engañamos.

Si uno mismo interioriza el significado en sí y el valor de la vida humana, se trata bien a sí mismo y trata bien a los demás, tiene las razones adecuadas para cambiar de vida y se vuelve un modelo de cambio para todos, como lo fueron los monjes benedictinos que construyeron la civilización europea. Pero cuando también ellos cedieron en la fe, entró el dualismo y la división que llevan a la destrucción y al caos.

Desde la fe he visto nacer un pueblo nuevo, un pueblo cambiado. En Uganda, un grupo de personas muy pobres y enfermas de sida viven partiendo piedras para después venderlas a los constructores, y comen una sola vez al día. Cuando supieron del tsunami y del huracán Katrina en Estados Unidos, les pedimos que vinieran a rezar por las víctimas y ellos nos dijeron: “Sabemos lo que quiere decir vivir sin una casa, sin comer. Si pertenecen a Dios, también nos pertenecen a nosotros”. Se organizaron formando grupos para partir piedras y al final recogieron dos mil dólares que fueron enviados a la embajada de Estados Unidos. Y este año, después del terremoto de L’Aquila dijeron “Son italianos, el país del Papa; son nuestros amigos, es más, son nuestra tribu” y recolectaron y enviaron dos mil euros. Los periodistas se escandalizaron: vinieron a ver si esta gente era verdaderamente pobre. En su opinión no era justo: cuando uno hace un acto de caridad da lo que le sobra, no lo que necesita. Una mujer enferma les dijo: “El corazón del hombre es internacional, no conoce razas, ni colores, y se conmueve”.

[Texto original: italiano]

******

Sra. Axelle FISCHER, Secretario General de la Commissión Justicia y Paz, Bruselas (BELGICA)

El perdón es un DON. Se ofrece y se recibe al nivel más alto de libertad.

Lo que podemos y debemos hacer es ayudar a crear las condiciones que favorezcan este perdón.

La paz es el deseo de Dios, esta lleva como segundo nombre el de Jesús. Hagámonos también la pregunta: ¿cómo conciliar la paz anunciada por la fe y la realidad desgarradora de nuestro mundo?

La justicia es compleja, posee diferentes rostros. La justicia de transición activa procesos que ponen fin a los conflictos y conducen a la reconciliación, utilizando a veces mecanismos judiciales, y otras veces no. Pero la justicia puede ser también punitiva, sobre todo a nivel nacional, y luego, si no fuera suficiente, internacional a través del Tribunal Penal Internacional o tribunales penales internacionales. La justicia además puede ser restauradora, con el fin de reparar los daños causados.

Por último, la justicia puede ser administrada siguiendo ritos tradicionales.

Estos diferentes aspectos de la justicia son complementarios y nada impide a un país aprender la lección de lo que en otra parte del mundo se ha hecho bien. Pero sólo se podrá emprender el camino hacia la reconciliación si cada pueblo recibe una formación cívica y una conciencia política que los agentes políticos y económicos deberán tener en cuenta. Si esto vale para África, debe valer también para los países llamados “desarrollados”.

Las violencias sexuales, por si mismas atroces, lo son aún más si se utilizan como armas de guerra: siembran intencionadamente el terror en las comunidades y desestabilizan la sociedad. Un número sin fin de mujeres sufren estas violencias. Sin embargo resisten en pie, por sus hijos y por sus familias. Sé que algunas de ellas cultivan los campos de noche arriesgando la vida para continuar dando de comer a la comunidad.

Ser victimas no es un papel reservado a las mujeres. Ellas son agentes de justicia, de paz y de reconciliación . Reconocerlo significa dar la dignidad a cada una de ellas, a todos, en la Iglesia y en la sociedad de modo tal que podamos trabajar juntos para que la paz sea fruto de la justicia.

[Texto original: francés]

******

Dr. Christophe HABIYAMBERE, Presidente de «Fidesco», Kigali (RUANDA)

La Comunidad de Emmanuel, fundada por Piere Goursat, llegó a Ruanda en 1990 gracias a Cyprien y Daphore Rugamba. Desde el comienzo, ha reunido los ruandeses sin distinción de etnias. Cyprien decía siempre: “No existen ni Hutus ni Tutsis, somos todos hijos de Dios”. Nuestra comunidad pagó un precio alto durante el genocidio: unos veinte hermanos – entre ellos Cyprien y Daphorose – murieron en 1994, dejando hermosos testimonios. En el año 1997, otros hermanos murieron en los campos de Bukavu después de haber evangelizado hasta el extremo sacrificio de la vida.

La Comunidad ha participado en la elaboración del camino de reconciliación que la Iglesia en Ruanda ha desarrollado antes del Gran Jubileo.

La Comunidad de Emmanuel se ocupa también de sostener a los católicos que están comprometidos en política y en las altas esferas del aparato directivo de nuestro país, a través del Centro Santo Tomás Moro. Este grupo de apoyo reza y ayuna cuando los políticos deben afrontar situaciones críticas o decisiones difíciles, para ellos se organizan retiros y formación, ofreciéndose la documentación necesaria con respecto a la fe católica.

[Texto original: francés]

******

Rev.da Hna. Mary Anne Felicitas KATITI, L.M.S.I., Madre Provincial de la Congregación de las Siervas de María Inmaculada (ZAMBIA)

Hablando como mujer africana, en general, y de Zambia en particular, pido a este Sínodo que preste especial atención a la dignidad de la mujer que aún necesita ser promovida tanto en la Iglesia como en la Sociedad. Siento que las mujeres no tenemos realmente una voz cuando se trata de
su lugar, sus derechos y sus contribuciones a la tarea de la evangelización.

Este importante argumento de la mujer debe ser tratado por nuestra Iglesia si nuestra consideración de la reconciliación, de la justicia y de la paz se basa en la realidad del Continente Africano. Sabemos bien que las mujeres soportan la carga de pesadas responsabilidades en las difíciles situaciones económicas de hoy, sobre todo, en los niveles de base, y se enfrentan a abusos y violencias tanto en sus casas como en sus sociedades.

¿Qué podemos aprender del ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo respondiendo hoy al desafío de la justicia para con las mujeres en África? Recordemos que Jesús creció y proclamó el mensaje del reino en una cultura y una sociedad dominadas por hombres. Pero, ¿Cómo es que Jesús comía en compañía de mujeres? Escuchemos las palabras de Lucas (8, 1-3).

Considerando el estatus de la mujer en esta época, lo que Nuestro Señor Jesús hizo fue absolutamente revolucionario. Contrariamente a las fuertes normas religiosas y culturales de entonces, Jesús buscó un restringido y privilegiado grupo que vivía con él para que fueran de pueblo en pueblo, incluyendo Él a las mujeres. ¿No puede hoy nuestra Iglesia en África y en el mundo entero, seguir este revolucionario ejemplo de Jesús?

Seguramente, la Iglesia como Familia debe vivir esta justicia dentro de sí misma, y la Justicia exige que observemos seriamente el lugar y el tratamiento que reciben las mujeres en la Iglesia. Y así saber cómo las mujeres podrían tomar parte en los procesos de toma de decisiones, especialmente como agentes pastorales femeninos.

[Texto original: inglés]

******

Rev.da Hna. Bédour Antoun (Irini) SHENOUDA, N.D.A., Madre Provincial de las Hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles, El Cairo (EGIPTO)

Función de guías espirituales y de animadoras: nuestras comunidades interculturales y la vida comunitaria nos hacen testigos de comunión y de amor, en un mundo fragmentado.

Función en la educación y en el desarrollo social: testigo de la verdad del mensaje evangélico y de la sinceridad de los cristianos en su fe. Una atención especial a los pobres, inmigrados, que es terreno favorable para la conversión al Islam…

Función de ayuda a los cristianos para profundizar su espíritu de pertenencia a la patria.

El diálogo interreligioso, en todas sus formas: diálogo de vida, diálogo en la vida, un diálogo popular y cotidiano.

El diálogo de acción, mediante el cual los cristianos colaboran con sus hermanos y hermanas en el desarrollo integral y en la liberación de las personas.

El diálogo de las experiencias religiosas, atreverse a afirmar la propia fe y atreverse a reconocer los valores religiosos del otro, que profesa una fe diversa.

Cualquiera que sea el camino recorrido, y las “experiencias” de nuestras actividades apostólicas, estamos invitados a seguir progresando siempre y a afrontar algunos desafíos:

En la perspectiva de la fe y de la reconciliación, es urgente intensificar la formación religiosa de las jóvenes hermanas, para vivir intensamente estas formas de diálogo, la escucha, la colaboración, las relaciones y el desafío de la diversidad y del desarrollo, que permiten una mirada benévola y una apertura de espíritu,. Es urgente además acercarse al Islam como religión, fe, credo y no como enemigos, agresores o terroristas. Si queremos que disminuya el fanatismo, hemos de hacer trabajar juntos musulmanes y cristianos.

El verdadero desafío a afrontar en el futuro lo constituyen la ignorancia, la miseria y la injusticia.

Terreno fértil para la violencia y el extremismo. Brota de nuestro ser profundo de mujeres, encontrar una respuesta compasiva y creativa a las nuevas situaciones de sufrimiento, exclusión, pobreza y marginación, especialmente en las grandes ciudades.

Acoger, pero también dedicar tiempo para “ir hacia ellos”.

[Texto original: francés]

******

Rev.da Hna. Cecilia MKHONTO, S.S.B., Superiora General de las Hermanas de Santa Brigida (SUDÁFRICA)

Para comprender verdaderamente el concepto de Iglesia como familia debemos fijarnos en los valores de la familia en el contexto africano. Los miembros de una familia se cuidan los unos a los otros y, sus vidas y sus actos, reflejan la imagen de un único cuerpo unido; este aspecto está sintetizado en una sola expresión: ubuntu. Nosotros, responsables de la Iglesia, obispos, sacerdotes y religiosos estamos llamados a ser ejemplo de la familia de Dios, especialmente en las situaciones que nos piden que lo seamos; deberíamos reflexionar constantemente sobre cómo testimoniamos esta realidad.

¿Cuáles son los problemas que deben afrontar las monjas diocesanas?

1. Carencia de educación, que muy a menudo coloca a las religiosas diocesanas en una situación de desventaja en lo que se refiere a la participación en la Iglesia a un nivel más elevado de apostolado, algo que podría hacerlas mejorar como personas y mejorar sus condiciones de vida.

2. Grandes expectativas, por parte de las familias de las religiosas, ante la posibilidad de recibir un apoyo económico, espera que son causa de conflictos interiores y que perjudican enormemente a la comunidad. Esto hace que algunas religiosas vivan demasiado cerca de sus familias biológicas.

3. El trauma vivido por la pérdida de muchos familiares a causa del HIV/SIDA. Los hijos de las personas que mueren de estas enfermedades se quedan huérfanos sin nadie que pueda cuidar de ellos.

4. Condiciones de trabajo difíciles para las monjas, sobre todo a causa de contratos inadecuados firmados con las respectivas autoridades de la Iglesia o la total ausencia de un contrato.

A la luz de estos problemas, las monjas se debaten entre la familia y la vida religiosa, viven una vida que no las llena, que es contraria a lo que Cristo las ha llamado a hacer diciendo: “Si quieres seguirme, vende todo lo que tienes y sígueme”.

Si debemos ser una familia cristiana, entonces solicito que cuidemos los unos de los otros y que reflexionemos sobre los siguientes puntos:

– Un tratamiento igual para los sacerdotes y las monjas diocesanos;

– Un buen ministerio para la familia, que instruya a las personas sobre la Iglesia y en particular sobre la vida religiosa, con el fin de reducir las altas expectativas que se tienen de los hombres y mujeres consagrados

– No podemos hablar de justicia fuera sin revisar nuestras organizaciones y sin mejorar las condiciones de trabajo de nuestros trabajadores, incluidas las monjas diocesanas.

[Texto original: inglés]

******

Sr. Maged MOUSSA YANNY, Director Ejecutivo de la Asociación de Educación y Desarrollo de Alto Egipto (EGIPTO)

Las preguntas que comúnmente se hacen los cristianos que viven en países de mayoría islámica son:

1. ¿Debemos nosotros, como cristianos, entrar en diálogo con los musulmanes, aún si a veces percibimos hostilidad y violencia por parte de grupos extremistas islámicos, al igual que intolerancia y rechazo por parte de nuestros vecinos?

2.¿ Cómo pueden los miembros de la Iglesia construir una paz duradera?

Permítanme compartir con ustedes mi experiencia en la comisión de justicia y paz en Egipto, que fue una de las primeras iniciativas en el país.

En los años ochenta y noventa, Egipto vivió años difíciles de violencia por parte de grupos extremistas… funcionarios de alto rango, escritores, policías y muchos cristianos fueron víctimas de esta violencia. La Comisión de justicia y paz en 1992, invitó a los musulmanes y a los cristianos a una mesa redonda (escritores, periodistas, expertos de los medios de comunicación, activistas de los derechos humanos, miembros de fraternidades
musulmanas y miembros de partidos diferentes) para ofrecer una plataforma en donde que cada uno pudiera expresar sus puntos de vista libremente.

La idea subyacente a este diálogo era la de diagnosticar el problema, sugerir soluciones, en el caso en que fuera posible, y reforzar los valores de la ciudadanía, la tolerancia y la aceptación. Este diálogo fue publicado en un libro bajo el título de Diálogo Nacional. Vemos, incluso ahora, los resultados de este diálogo cuando los participantes defienden los valores e ideas de la reconciliación y de la ciudadanía. Algunos de los puntos más importantes que surgieron en dicho encuentro, y a los que debemos prestar atención, son:

-La importancia de trabajar con niños en las escuelas para inculcarles, indirectamente, los valores de la reconciliación, de la aceptación, etc.

-Eliminar de los planes de estudio todos aquellos textos que puedan aumentar la intolerancia y el odio.

– La importancia de los medios de comunicación, que aveces trabajan en contra de la construcción de la paz.

-Se le debe prestar igual atención a los mensajes emitidos por los hombres religiosos, tanto cristianos como musulmanes.

-Finalmente, creo que el diálogo no debe permanecer distante, como si fuera exclusivo de una élite que se reúne a puerta cerrada, sino que se debe poner en práctica. Debe llegarle al público para producir efecto.

Sigamos, entonces, dialogando con nuestros hermanos musulmanes para construir un mundo mejor, reconciliado, pacífico y justo.

[Texto original: inglés]

******

Dr. Orochi Samuel ORACH, Asistente del Secretario Ejecutivo del «Uganda Catholic Medical Bureau», Kampala (UGANDA)

Los cuerpos religiosos han hecho, además, significativas contribuciones al campo de la salud en todos los países africanos, debidas sobre todo al apoyo de nuestros hermanos y hermanas de fuera del Continente. Las instalaciones sanitarias de la Iglesia han ofrecido cuidados a los pobres en muchos momentos de los conflictos. Se han convertido en un faro de esperanza allí donde la corrupción ha dañado el sistema nacional de salud. Pero no sólo las guerras han destruido centros de salud y escuelas. La sostenibilidad de estas importantes contribuciones está ahora amenazada también económicamente.

En su mayoría, la mayoría de gobiernos de África se demuestran incapaces de ofrecer servicios sanitarios sin la ayudas. Sin embargo, hay un gran movimiento que desplaza la ayuda extrajera llevándola desde las organizaciones no estatales al apoyo de los presupuestos generales de los gobiernos. La Declaración de París sobre la Efectividad de la Ayuda y el Plan de Acción Accra (2008), apunta a canalizar la ayuda a través de los gobiernos y a tener gobiernos en su conducción.

En principio esto es bueno. Pero las cambiantes modalidades de ayuda hacen que el acceso a los recursos por parte de las Iglesias dependa demasiado del humor de cada gobierno africano. En Uganda el apoyo al presupuesto por parte del gobierno está disminuyendo y el año pasado financió sólo un 19% de los costes necesarios de las instalaciones sanitarias religiosas. Sin embargo, la demanda de cuidados y el coste unitario de los servicios sigue aumentando tremendamente, haciendo difícil reducir las cuotas de los usuarios para los pobres, al mismo tiempo, el gobierno exige que las instalaciones sanitarias de la Iglesia ofrezcan servicios gratuitos.

En los países donde los cuerpos religiosos se consideran críticos hacia las políticas del gobierno, la Declaración de París podría provocar que los gobiernos limiten el acceso al dinero de las ayudas para las instituciones pertenecientes a los diferentes cuerpos religiosos. Sin embargo, sabemos que estas donaciones de fondos son hechas por los católicos de países que quieren que los destinatarios sean los servicios de salud católicos.

[Texto original: inglés]

******

Sr. Emmanuel Habuka BOMBANDE, Director Ejecutivo de la red de África oriental para la consolidación de la paz (WANEP) (GHANA)

Un argumento crítico que apuntala los violentos conflictos en muchas comunidades africanas es cómo tratar con la carga del pasado. Los antecedentes históricos desde el tráfico de esclavos a la colonización, han sembrado la desconfianza y la división entre grupos que se han convertido ahora en una línea errónea a través de la cual algunos políticos y líderes civiles, movilizan a su gente contra otros para ganar votos y mantener un poder seguro. Muchas comunidades se sostienen con una narración victimista del pasado, que justifica su odio hacia los demás. Los otros, mantienen una narración del pasado que los presenta como vencedores, para continuar proclamando su dominio sobre los anteriores. En ambos casos, se trata de un círculo vicioso de violencia y de furiosa destrucción que los esclaviza a todos como víctimas de las injusticias de ese pasado. Esto no puede continuar por más tiempo. Es hora de designar y poner en marcha estructuras funcionantes que fomenten el verdadero significado de la justicia y de la paz. Son la justicia y la paz a las que el Instrumentum Laboris nos exhorta en sus parágrafos 44, 45, 46 y 47.

En Ghana, la Conferencia Episcopal Católica ha invitado a las organizaciones de la sociedad civil, como la WANEP, para que apoye los esfuerzos de los obispos en la promoción del diálogo entre las comunidades y al interior de éstas. Este compromiso incluye líderes políticos y civiles. Las comunidades que habían sido desgarradas por más de 80 años, como Nkonya y Alvanyo, están superando la violencia. Éstas están aprendiendo a convivir pacíficamente y a tratar sus conflictos sin violencia y desde el respeto mutuo por el otro.

En 2008, Ghana tuvo que lidiar con desafíos similares a los de muchos otros países africanos, convocando las elecciones en diciembre del mismo año. Expresando en concreto la misión profética de la Iglesia, los obispos se comprometieron activamente en el momento de mayor necesidad, asegurándoles un espacio para apoyar el diálogo con la sociedad civil, en el cual los líderes de los principales partidos políticos se encontraron e intercambiaron francamente sus desconfianzas y recelos sobre el otro e, inclusive sobre los resultados de las elecciones. Este espacio permitió a los líderes rendir cuentas de sus responsabilidades para asegurar la no-violencia durante las elecciones.

El proceso de compromiso a través del diálogo ha mitigado también la potencial violencia post electoral.

Las actuales tendencias indican claramente que las elecciones en el continente africano serán potencialmente impugnadas a causa de la creciente violencia ligada a ellas.

[Texto original: inglés]

******

Sr. Jules Adachédé HOUNKPONOU, Secretario General de la Coordinación Internacional de la Joventudes Obreras Cristianas (C.I.G.i.O.C.) (BENÍN)

Se pueden resumir en dos puntos los objetivos de la JOC, desde su creación en 1925 por el Padre Joseph Cardijn: ayudar a los jóvenes de los estratos populares a encuadrar su vida en relación con la fe, y reducir la distancia en la contradicción que existe entre la Verdad de la realidad y la Verdad de la Fe. La misión de anunciar el Evangelio a las naciones es siempre de actualidad, así como la de llevar la luz del Evangelio a las capas más vulnerables, víctimas de toda suerte de injusticias, es más urgente que nunca.

A nivel nacional, los movimientos organizan formaciones para el compromiso y la responsabilidad, colectas y campañas de acción en el transcurso de las cuales los jóvenes han sido verdaderos “apóstoles de los jóvenes al lado de los jóvenes”.

A nivel regional e interregional, y después de la “Ecclesia in Africa,” la Secretaría Internacional de la JOC ha organizado 12 encuentros de
intercambio y formación de los responsables nacionales, capellanes y acompañantes.

El beneficio de estos encuentros, es que favorecen la solidaridad entre los jóvenes, que las culturas se entremezclen, el intercambio de diferentes realidades socioculturales y políticas, la apertura de espíritu y la toma de conciencia por parte de los jóvenes de la dimensión regional o internacional de las situaciones que viven.

El panorama de la situación de los jóvenes en África no es demasiado reluciente.

El peso de las dificultades aleja a los jóvenes de su fe. Disocian la vida profesional de su fe; son espiritualmente frágiles y no son conscientes de que el compromiso con la Iglesia puede ayudarlos a ser más fuertes. Tienen necesidad de reunirse con jóvenes de su edad y su profesión para ser transformados.

Me gustaría sugerir que:

-El conocimiento sobre la Acción Católica se refuerce en los seminarios para preparar a los futuros sacerdotes a este tipo de acompañamiento;

-Que los movimientos de Acción Católica sean utilizados también como medios estratégicos en el Plan de Acción Pastoral para obrar la reconciliación en la justicia y la paz.

[Texto original: francés]

******

P. Joaquín ALLIENDE, Presidente de la Asociación Internacional «Kirche in Not” (CHILE)

La encarnación del Verbo no es solamente el contenido de nuestro mensaje sino también el método de nuestra acción. Sabemos que la etimología griega de la palabra “método” significa el camino para llegar a un fin. Por otra parte, la capacidad de encarnación de la cultura africana es conocida.

Yo también vengo de una cultura que no es puramente europea. Vengo de América Latina y pertenezco al Movimiento Mariano de Schöenstatt, fundado por un sacerdote profético que le dio a la Iglesia una pedagogía de la libertad para la madurez cristiana. Yo era el rector del Santuario Nacional de Chile, mi patria, dedicado a Nuestra Señora. Todo ello me ha permitido experimentar, de una manera concreta, este método de encarnación y oso presentarles, respetuosamente, tres reflexiones:

La tradición Mariana de la Iglesia es un tesoro precioso que debemos cuidar y acrecentar. No es una realidad que está allí y que existe como un hecho natural. La presencia femenina de María es necesaria para encontrar una buena síntesis entre la fe revelada y la riqueza afectiva del hombre y de la mujer. Ella tiene un carisma pedagógico para establecer la relación entre la fe revelada y vida existencial entre personas y comunidades, entre la construcción de la Iglesia y la fraternidad solidaria en el mundo y en la cultura.

El Espíritu Santo ha conducido a la santidad a varios bautizados de África. Son conmovedoras historias de amor que deberían transformarse en signos y fuerzas misioneras, y muchos de ellos podrían ser beatificados o canonizados. Hay casos de una ejemplaridad excepcional en los que podríamos aunar esfuerzos. Pensemos en la maravillosa historia del testimonio de la reconciliación de los mártires del Seminario de Buta en Burundi. En una visión más general, podría ser útil preparar un manual para las beatificaciones en África.

En la tradición viva de la iglesia, los santuarios son un espacio privilegiado de evangelización y de santidad. También las religiones naturales y el Islam tienen lugares santos. Para nosotros, el Verbo encarnado ha santificado el tiempo y la tierra. Por su parte, la Iglesia tiene el tiempo litúrgico y el lugar de templo. La historia de la pastoral nos dice que durante siglos, los métodos de encarnación han tenido, en los santuarios, centros de creatividad audaz para evangelizar y santificar al pueblo.

[Texto original: francés]

******

Dr. Munshya CHIBILO, Director del proyecto de adopciones a distancia de la Asociación comuntaria Papa Juan XXIII (ZAMBIA)

Quisiera hacer énfasis en la importancia del trabajo de la reconciliación con los jóvenes a través de un enfoque no violento que promueva la educación para los más pobres. Ilustraré este ejemplo con una experiencia concreta de nuestra comunidad Papa Juan XXIII, en uno de nuestros proyectos en Ndola, Zambia, con niños de la calle y, en este caso, con los varones.

Nuestra comunidad había notado que cuando íbamos a botar la basura en un vertedero, solíamos encontrar algunos niños que tomaban nuestros residuos para separarlos inmediatamente. Los niños se habían organizado de tal manera, que el mayor era el líder del grupo y le daba instrucciones a los más pequeños. Nuestra comunidad Juan XXIII se interesó en la situación y empezamos a ir al vertedero día sí, día no, por una hora. Hablábamos con ellos y, ocasionalmente, les llevábamos comida. En el proceso nos hicimos amigos al escuchar sus historias de cómo habían llegado a un lugar tan peligroso, y algunas de las razones que nos dieron eran:

– Muchos de ellos eran huérfanos, porque uno o ambos padres habían muerto de alguna enfermedad, entre ellas malaria o VIH/SIDA.

– No podían ir a la escuela porque no tenían a nadie que pagara los gastos necesarios.

– No podían encontrar trabajo porque no tenían un diploma escolar.

– La pobreza era la experiencia en común en sus hogares.

– En algunos casos, después de la muerte de los padres, algunos parientes se apoderaban de las propiedades, incluyendo de la casa, y amenazaban a los niños de muerte mediante la brujería si se resistían, si iban a la policía o la corte.

El proyecto CHICHETEKELO es un centro de atracción tanto para el gobierno como para la población local. Algunos chicos han terminado la escuela secundaria y ahora están en el “college”, mientras que aquellos que tienen capacidades profesionales ya se han asegurado un puesto seguro en buenas empresas.

Yo creo que esta experiencia de nuestra comunidad, es un testimonio claro de un acto no violento de justicia y paz en la Verdad, a través de los cuales las personas se reconcilian consigo mismos y con su Dios. De hecho, se pueden encontrar resoluciones sostenibles para que nuestros niños estén mejor protegidos y para que se les de la oportunidad de crecer, de ser buenas personas del mundo y un buen pueblo de Dios

[Texto original: inglés]

******

Sr. Augustine OKAFOR, Especialista en administración del gobierno (NIGERIA)

La edición 2007/2008 del Informe sobre desarrollo humano, publicado por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, hace ver cómo todos los países de África subsahariana, con excepción de tres, entran en la categoría de países menos desarrollados del mundo. Los datos y las estadísticas sobre la pobreza muestran que ella está empeorando en la mayor parte de los países africanos.

Estoy firmemente convencido de que los gobiernos de todos los países, sobre todo de África, tienen como primera responsabilidad sacar a sus ciudadanos de una pobreza degradante y gobernar para un desarrollo humano sostenible. En la encíclica Populorum Progtressio, Pablo VI articuló su visión del desarrollo poniendo como objetivo el de sacar a los pueblos antes que nada del hambre, de la miseria, las enfermedades endémicas y el analfabetismo. Se sugiere además que el estado dirija las propias energías y recursos a mejorar consistentemente el ámbito de la educación, de la seguridad alimentaria, del desarrollo de las infraestructuras sociales y materiales, de la igualdad de sexos, de la promoción de las capacidades dentro de las comunidades más desfavorecidas. Con respecto a este punto, debemos subrayar la promoción a la participación activa de la sociedad civil no solamente en el gobierno sino también en todos los ámbitos del desarrollo humano y social.

La pregunta que surge de lo apenas expuesto es: ¿ Cuál es el papel de la Iglesia frente a los desafíos del desar
rollo para nuestros países africanos?”. El Santo Padre Benedicto XVI abordó este tema con detenimiento en la encíclica “Caritas in Veritate”. Antes que nada ha reconocido la exigencia de cultivar “nuevas formas de compromiso capaces de afrontar los desafíos del mundo actual”. La Iglesia forma parte de la sociedad y debe demostrar una mayor participación en el programa de desarrollo humano y social del Estado.

Puede desarrollar esta tarea a través de un mecanismo institucionalizado para poder canalizar su participación su interés en la formulación y en el llevar a cabo políticas y programas públicos. Debe también desarrollar estructuras para facilitar y promover el dialogo, la colaboración y el contacto regular con el gobierno y sus entes. La Iglesia en África debe hacer crecer su visibilidad como la voz de los que no tienen voz y de los miembros menos favorecidos de la sociedad. Se debe sensibilizar a los fieles laicos e incluirlos en esta tarea Iglesia-Estado. Permitanme citar finalmente las palabras recordadas por el Santo Padre en Caritas in Veritate “ Pues el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social”.

[Texto original: inglés]

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }