BOGOTÁ, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org) Las víctimas de las inundaciones por las fuertes lluvias que han azotado varias regiones colombianas, así como las personas secuestradas fueron el tema central del mensaje de esta navidad de parte de los obispos colombianos.
En el comunicado, firmado por monseñor Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, los prelados señalan que no se puede “olvidar a los dos millones de colombianos que están sufriendo a causa de las inundaciones y derrumbes, en un invierno de proporciones que no se había presentado hace muchos años».
“En esta situación”, prosigue el mensaje, “la navidad es, con mayor fuerza aún, la fiesta de la esperanza, de la vida, de la solidaridad, ya que nos habla del misterio profundo de un niño envuelto en pañales, recostado en un pesebre, en el que Dios asume todo el sufrimiento y la pobreza humanas”.
Por ello, dicen los obispos, navidad será para las comunidades “fuerza y valor para iniciar los caminos de la reconstrucción de sus proyectos de vida personales y comunitarios”.
Los prelados destacaron la solidaridad hacia estas víctimas que se ha despertado en las últimas semanas desde todos los rincones del país e invitaron a intensificar estos sentimientos de unión y caridad.
Orar por Colombia
Los obispos también pidieron intensificar las oraciones por las víctimas de la violencia en Colombia: “por los secuestrados, para que nunca pierdan la esperanza y puedan regresar cuanto antes a sus hogares”. Igualmente pidieron orar “para que cese definitivamente en Colombia el flagelo del secuestro, de la injusticia, de la violencia”.
Dijeron que es necesario unirse en oración “por los grupos armados al margen de la ley para que en esta Navidad descubran los caminos de la paz y de la integración plena en la vida de la sociedad”, así como “por nuestros gobernantes, nuestros legisladores, nuestros jueces para que dirijan al país por los senderos de la justicia y de la paz”.
Hasta el momento la Iglesia colombiana ha brindado apoyo a 3.957 familias en 22 regiones de Colombia. Igualmente ha recibido cerca de dos mil millones de pesos en aportes e iniciativas para desarrollar proyectos en varias zonas del país, según explicó el director del Secretariado Nacional de Pastoral Social monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria.
Las fuertes lluvias en Colombia han afectado el 60% de las 76 jurisdicciones eclesiásticas de este país. Han recibido ayuda de entidades como la Caritas y la Cancillería alemana, con unos 500 mil euros para ayudar a los miles de damnificados que han perdido sus viviendas, cultivos y animales.
Para el obispo de Sincelejo, norte de Colombia, monseñor Nel Beltrán Santamaría, fenómenos como este tienen tres causas: en primer lugar, la naturaleza, que es muy vulnerable a inundarse en muchas regiones de Colombia, el mal manejo de los recursos naturales y la ausencia del Estado en muchos de estos lugares.
Sin embargo aseguró que encuentra “una actitud diferente en el Estado, que parecería querer abordar el problema de las inundaciones no como un problema reiterativo cada año sino como un problema de emergencia”.