Nueva técnica podrá crear embriones con el ADN de un hombre y dos mujeres

Expertos en bioética expresan su rechazo frente a este procedimiento

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LONDRES, miércoles 28 de abril de 2010 (ZENIT.org).- Científicos británicos de la Universidad de Newcastle desarrollaron una técnica sin precedentes que permite crear embriones con el ADN proveniente de un hombre y dos mujeres. Así lo reveló recientemente la publicación científica Nature.

El objetivo de este procedimiento es la prevención de enfermedades hereditarias producidas por los trastornos mitocondriales.

En un comunicado enviado a ZENIT, el centro de Ateneo de Bioética de la Universidad Católica de Roma expresó su rechazo frente a estos experimentos diciendo que con esto “estamos regresando a la selección de la raza humana”.

“En nombre de la presunta salud de las nuevas generaciones se fabrican y se destruyen embriones experimentando nuevos “cócteles genéticos”, dice el comunicado.

El trastorno mitocondrial

Las mitocondrias de las células se encargan de transmitir la energía para que el organismo funcione.

Aproximadamente uno de cada 200 niños nace con mutaciones del ADN mitocondrial, aunque en la mayoría de los casos esto sólo produce males leves, incluso sin síntomas. Pero en uno de cada 6.500 el problema podría ser grave, incluso mortal.

Los niños que sufren el trastorno mitocondrial en su fase más grave, van presentando síntomas como debilidad muscular, ceguera, insuficiencia cardíaca y hepática, dificultades de aprendizaje y diabetes.

El ADN de las mitocondrias es independiente del que se encuentra en el núcleo de la célula y contiene menos genes. Sólo se transmite de madres a hijos.

Hasta ahora no se ha descubierto ningún tratamiento adecuado para el trastorno mitocondrial y las madres con una historia familiar de esta enfermedad deben decidir entre correr el riesgo de tener un hijo con este problema genético o no tener hijos.

¿Cómo funciona?

El procedimiento consiste en unir un óvulo y un espermatozoide mediante la fertilización in vitro. Al día siguiente el ADN nuclear es removido del embrión e implantado en el óvulo de una donante, cuyo propio núcleo ha sido quitado y eliminado.

El embrión resultante hereda ADN nuclear o genes, de sus dos padres, y el ADN mitocondrial de la mujer que dona el óvulo sano. Es decir, sería un bebé con el material genético de un padre y dos madres.

En los humanos, se encuentran cerca de 37 genes en las mitocondrias, el resto de los más de 23.000 genes conocidos están en el ADN encontrado en el núcleo.

El director de esta investigación, profesor Doug Turnbull, en declaraciones a la revista Nature, comparó este procedimiento con el cambio de batería de una computadora. “El suministro de energía pasa a funcionar correctamente, sin que nada de la información que había en el disco duro sea alterada”, explica.

Sin embargo, el cambio del material que contienen las mitocondrias supone siempre la destrucción de al menos un embrión del que se extrae el ADN mitocondrial sano.

Miembros del centro Ateneo de Bioética de la Universidad Católica de Roma expresaron así su preocupación asegurando que este procedimiento “trastorna la miopía ética, tanto de quien autoriza estas solicitudes como de quien la practica”.

“Y así, bajo el velo de la salud se puede aplicar cualquier acción”, dicen los médicos y científicos de este centro “y la eugenesia de mercado se afirma tranquilamente en la opinión pública”.

El Centro Ateneo de Bioética expresó también su preocupación por los eufemismos que se utilizan en este tipo de procedimientos. “Ninguna sutil distinción teórica ni lenguaje refinado científico puede impedirnos ver que estamos, de hecho, minando los fundamentos, merecidamente ganados, de la idea de un hombre como sujeto que no puede ser ni producido ni fabricado”.

ZENIT consultó con el médico ginecólogo colombiano Carlos Alberto Gómez Fajardo quien aseguró que la aplicación de técnicas de Fertilización in vitro y transferencia embrionaria para obtener embriones libres de la patología mitocondrial “hace parte de la misma dinámica de muerte selectiva de embriones”.

“Se trata de otro capítulo de la imposición de una dinámica del Baby to carry home en la cual el hijo es producto del poder hacer de la tecnocracia y de la dinámica de mercado”, aseguró el ginecólogo.

Según informa la revista Nature, 80 embriones fueron creados y desarrollados en el laboratorio en un período de seis a ocho días para lograr la etapa de blastocisto, que comprende una bola de unas 100 células. Posteriormente fueron destruidos.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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