CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 21 de agosto de 2008 (ZENIT.org).- El portavoz de la Santa Sede ha calificado como «alentadora» la invitación de visitar China que ha presentado a Benedicto XVI el obispo de Pekín, monseñor Giuseppe Li-Shan.
La propuesta del prelado, para quien las relaciones entre la Santa Sede y China «cada vez van mejor», fue transmitida en una entrevista exclusiva concedida este miércoles en el telediario del primer canal de la RAI, la televisión pública italiana.
«Tenemos una gran esperanza en que Benedicto XVI visite China. Es un gran deseo desde hace mucho tiempo y esperamos que se realice», dijo monseñor Li-Shan.
El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha explicado este jueves en una declaración emitida por Radio Vaticano que «la entrevista del obispo Li-Shan puede ser considerada como una de las señales con las que, de parte china, se responde a la disponibilidad y al deseo manifestado por el Papa, en su carta de hace un año dirigida a los católicos chinos, de buscar una normalización en las relaciones entre China y la Santa Sede».
«Por ahora, hablar de un viaje del Papa en China es totalmente prematuro –ha aclarado el padre Lombardi–. Si embargo, las palabras del obispo Li-Shan manifiestan que todos los católicos chinos aman y respetan al Papa, que reconocen su autoridad y que estarían felices de recibirle, y esto es ciertamente un aspecto muy positivo y alentador».
En la entrevista, monseñor Li-Shan ha dicho que «las relaciones con el Vaticano van cada vez mejor, se puede decir que hay grandes desarrollos».
Las relaciones diplomáticas entre Pekín y Roma se interrumpieron en 1951, cuando las autoridades comunistas expulsó al nuncio apostólico.
En este sentido, el padre Lombardi ha aclarado que «varios problemas importantes no se han resuelto, pero por parte de la Santa Sede se da la intención y la voluntad de seguir promoviendo un diálogo leal y constructivo».
El obispo de la capital china ha subrayado el dinamismo del catolicismo en el país, explicando que «en Pekín hay 20 iglesias y en los días festivos se celebran en cada una unas tres o cuatro misas en las que participan unos tres mil fieles en cada celebración».
«L’Osservatore Romano», diario de la Santa Sede, informó el 21 de septiembre de 2007, que Benedicto XVI había aprobado el nombramiento de monseñor Li-Shan como obispo de Pekín.
Había sido propuesto por las comunidades católicas locales con la aprobación de la Asociación Patriótica Católica China, organismo dependiente del Partido Comunista, que busca controlar las actividades de los católicos.
