NUEVA DELHI, 22 noviembre 2001 (ZENIT.org).- El empleado estatal de la oficina de impuestos, Udit Raj, de 42 años, presidió en Nueva Delhi, el 4 de
noviembre, una ceremonia de conversión en masa de miles de dalit que han rechazado la religión hindú y se han convertido al budismo.
El término dalit, literalmente «pisoteado» se refiere a las castas inferiores, cuyos integrantes son tratados como «intocables». Según el rígido sistema hindú de castas los dalit tiene el deber moral de hacer trabajos humildes y degradantes para las castas superiores y de vivir aislados del resto de la sociedad.
Raj, perteneciente a la casta dalit y presidente de la Confederación de las Organizaciones de Casta y Tribu en India, explica en declaraciones concedidas este jueves a Avvenire: «En nombre del Varna, es decir el sistema de castas, los dalit han sido condenados a vivir como individuos despreciables, sufriendo este odio
social, por miles de años».
«Una religión basada sobre el sistema de castas justifica teórica y abiertamente una desigualdad y una discriminación que dura toda la vida –aclara–. Se trata de una estratagema y de un sistema encaminado a la manipulación y la esclavización de la mayoría en provecho de las castas superiores. Los dalit, y la nación, seguirán sufriendo mientras apoyen el hinduismo».
En realidad, como reconoce el mismo líder, más que una conversión parece un acto de protesta: «Se trata de una protesta social y al mismo tiempo espiritual –explica Raj–. Esto es un alejamiento total del hinduismo. Por eso he renunciado a «Ram», mi nombre hindú, eligiendo en cambio «Udit», que significa «el que se ha sublevado». Ya no iré a los templos hindúes.
El mismo líder de los dalit explica que, como sus compañeros, ha elegido el budismo «porque es una religión indígena. No hay espacio para la discriminación en el budismo».