BOGOTÁ, lunes, 2 julio 2007 (ZENIT.org–El Observador).- En tierras colombianas, donde las guerrillas y la inestabilidad se suman a proyectos de vida inseguros, han surgido los Hogares Juveniles Campesinos de Colombia para promover la paz a través de la educación.
Fundada e 1963 por monseñor Jesús Iván Cadavid en Bogotá, esta misión apoyar la formación integral de la familia, la promoción de la juventud rural y las comunidades campesinas del país.
La iniciativa cubre el 8% del territorio nacional, con sus centros de enseñanza y producción; capacitando a los niños y a las niñas en técnicas agropecuarias y agroindustriales.
Se encuentran asentados en los lugares más pobres o con un mediano desarrollo; en su mayoría con hogares que se encuentran localizados en zonas del conflicto armado.
La fundación ofrece alimento, dormitorios, estudio y capacitación empresarial, a todos los estudiantes que viven y comparten una experiencia humana, de formación y de crecimiento, tanto a nivel emocional como a nivel físico.
Los fines de semana los jóvenes tienen la oportunidad de ir a sus casas a visitar a sus familias, y sobre todo, a transmitir el conocimiento adquirido a sus comunidades.
Estas experiencias han sido tan positivas que se ha expandido a otras instituciones de beneficencia tanto en Colombia como en Ecuador, Panamá y Venezuela.
Existen en la actualidad 94 hogares juveniles que han beneficiado a 164 mil niños colombianos.
El actual presidente de la fundación es el padre Medardo Valderrama.
Más información en www.hogaresjuvenilescampesinos.org
