ANKARA, martes, 24 abril 2007 (ZENIT.org).- Tras el asesinato de tres cristianos, el pasado 18 de abril, en la ciudad turca de Malatya, en declaraciones a Zenit, monseñor Luigi Padovese, vicario apostólico de Anatolia, propone una acción común a las autoridades religiosas turcas para derrotar a la violencia.
«Este nuevo episodio nos ha turbado profundamente –declara a Zenit el vicario apostólico–. No sabemos todavía la matriz de este acto bárbaro. La impresión es que el modo en que han sido asesinados estos tres hermanos protestantes hace pensar más en Hizbulá que en grupos de fanáticos nacionalistas».
Tres muertos, de los que uno era alemán, y un herido es el balance del asalto a la casa editorial «Zirve», que publica libros de contenido cristiano.
Todas las víctimas fueron asesinadas por un hombre armado con un cuchillo. El herido, ahora en el hospital, huyó del agresor saltando por la ventana.
Las autoridades de Ankara dijeron el 19 de abril pasado que la policía turca arrestó a diez personas en relación con los asesinatos de tres personas, mientras que está interrogando a algunos testigos.
Entre los sospechosos, hay algunos exponentes del grupo islámico-nacionalista de los «Lobos Grises» que ya en el pasado había amenazado a la casa editora, tanto que su director, Hamza Ozant, tras repetirse las amenazas, estaba a punto de pedir protección a la policía.
Según monseñor Padovese, «no hay que excluir que en la producción de este episodio haya contribuido también la insistencia con que en los últimos meses se habló de los misioneros cristianos como de un peligro para la identidad nacional y religiosa de Turquía».
«Sin embargo, ¿cuántos son estos misioneros vistos como un fenómenos de desestabilización? Quizá algunos centenares. Pero ¿qué representan en una población de más de 70 millones de habitantes? Creo, por tanto, que en estos gestos se quiere golpear al símbolo», comenta.
El vicario apostólico de Anatolia relata que participó el 18 de abril, con las autoridades religiosas locales y civiles de Iskenderun en la celebración del nacimiento de Mahoma.
«He visto su dolor y tristeza por esta violencia bárbara –dice monseñor Padovese–. Me ha impresionado el testimonio del muftí de Antioquía ante el nutrido público que asistió. Si tenemos miedo de quien distribuye el Evangelio –dijo–, entonces significa que tenemos una fe verdaderamente escasa».
«Ante estos episodios –afirma el vicario apostólico–, considero que conviene promover con las autoridades religiosas turcas acciones comunes “simbólicas” que nos vean unidos para mostrar que todos, cristianos y musulmanes, consideramos la violencia en nombre de Dios una blasfemia contra Dios».
«En esta acción común de diálogo –revela monseñor Padovese–, el 12 y 13 de mayo, aquí en Iskenderun, en la casa que hemos dedicado al padre Andrea Santoro, tendrá lugar un simposio islámico-cristiano sobre Palabra de Dios en el Cristianismo y en el Islam».
«Creo que un encuentro como éste debe servir para aislar los actos violentos de algunos irresponsables mostrando que en Turquía la voluntad de diálogo prevalece sobre la del enfrentamiento», concluye.