El apostolado social más urgente que deben hacer los religiosos, según el cardenal Martino

Seminario Internacional en el Vaticano sobre vida consagrada y doctrina social de la Iglesia

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CIUDAD DEL VATICANO, martes, 17 octubre 2006 (ZENIT.org).- El apostolado social más importante y urgente que los religiosos y las religiosas deben realizar es el de ser totalmente de Dios para poder anunciar al mundo social, económico y político que sin Él se construye contra el hombre, advierte el presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz.

Este dicasterio ha impulsado, junto a la Congregación vaticana para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, así como los religiosos promotores, a nivel internacional, de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC), un seminario internacional (el 12 y 13 de octubre) sobre el tema «Vida consagrada y doctrina social: itinerarios de formación».

Profundizar en cómo puede ser utilizado, por consagrados y consagradas, en el respeto de los respectivos carismas, el extraordinario patrimonio de enseñanzas propuestas por el Magisterio social de la Iglesia, ha sido el objetivo de estas jornadas de trabajo.

En un telegrama enviado a los participantes –unos setenta estudiosos, expertos, religiosos y religiosas de varios institutos y países-, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, hizo llegar el deseo de Benedicto XVI de que el encuentro favoreciera «una contemplación cada vez más viva de la imagen de Cristo príncipe de la paz, suscitando creciente y generoso compromiso de promoción de los valores universales de justicia y solidaridad en el respeto de los derechos de la persona humana».

En el seminario de estudio se ha evidenciado que consagrados y consagradas están llamados a animar de radicalidad evangélica las relaciones sociales, políticas y económicas, a través del testimonio de las Bienaventuranzas evangélicas y la disponibilidad total a la salvación del mundo, sintetiza un comunicado del Pontificio Consejo Justicia y Paz.

Espiritualidad y formación, también a través de un adecuado conocimiento y uso de la doctrina social de la Iglesia, son dos caminos identificados al respecto en estas jornadas.

El presidente del dicasterio, el cardenal Renato Martino, subrayó en su discurso conclusivo que la dedicación evangélica a los pobres por parte de innumerable religiosos y religiosas constituye uno de los capítulos más luminosos y edificantes de la historia de la Iglesia contemporánea.

E incidió en que el más importante y urgente apostolado social que los religiosos y las religiosas deben realizar es el de ser totalmente de Dios para poder anunciar al mundo social, económico y político que sin Dios se construye contra el hombre

El purpurado alertó, por un lado, de «una cierta dificultad de muchos religiosos y religiosas» en cultivar relaciones «con la realidad humana» llegando al «desinterés»; por otro, de «formas de compromiso e implicación militante de algunos religiosos y religiosas en la realidad social que –malinterpretando las exigencias de la radicalidad evangélica- llegan a expresarse con comportamientos y referencias ideológicas en contraste con la doctrina y la disciplina de la Iglesia».

En este sentido señaló el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, que expresa equilibradamente el hecho de que «poniéndose totalmente al servicio del misterio de la caridad de Cristo hacia el hombre y hacia el mundo, los religiosos anticipan y muestran con su vida algunos rasgos de la humanidad nueva que la doctrina social desea propiciar».

En este contexto el cardenal Martino propuso, para una relación equilibrada entre vida consagrada y promoción humana, «una adecuada formación con la utilización de la doctrina social como ha sido recientemente propuesta en el Compendio», que brinda «conceptos y lenguajes para comprender lo que sucede en el mundo».

Exhortó a «una inversión en espiritualidad y formación» y recordó ante todos «el testimonio de la Madre Teresa de Calcuta», un momento en el que además rindió homenaje «a tantísimos religiosos y religiosas, héroes escondidos del amor cristiano y fidelísimos servidores del Evangelio de la caridad».

Y es que «el don total de sí mismos de los religiosos se ofrece a la reflexión común también como un signo emblemático y profético de la doctrina social», reconoció el purpurado.

«Me parece oportuno que se disponga la publicación de las Actas de este seminario y la compilación de una Nota que ilustre algunos itinerarios formativos para la vida consagrada a partir de la doctrina social», concluyó.

Presentado y publicado hace casi dos años, el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia ya está disponible «on line», por el momento en inglés e italiano, en el enlace del dicasterio http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/index_sp.htm .

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ZENIT Staff

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