En Inglaterra, los colegios de niñas están resurgiendo, según afirmaba «The Times» en su edición del 25 de abril. En total el año pasado aumentaron un 13%. Como ejemplo, tenemos el colegio Bruton para niñas en Somerset, con 600 alumnas y ahora 200 nuevas inscritas.
Barbara Bates, directora del colegio, dice que los motivos son evidentes. «Las chicas trabajan mejor cuando están lejos de los chicos», dijo. «Se eliminan las presiones del otro grupo y son muy entusiastas».
«Por otra parte, maduran antes que los chicos. Esto ayuda si ellas no se distraen. Si usted mira las notas, comprobará su buen nivel. Por el contrario, un número muy superior de colegios de chicos tienden a convertirse en centros de coeducación en lugar de seguir siendo sólo masculinos».
Las afirmaciones de la directora se apoyan en los resultados académicos del año pasado. Según «The Times» del 26 de marzo, cuando el alumnado no alcanza los niveles estándar del país, son los chicos los que están más atrasados con diferencia respecto a las chicas. A la edad de once años, la media de las niñas que no aprueban revela un retraso de dos meses respecto a lo esperado para su edad, mientras que en el caso de los niños es de once meses. El dato procede del estudio «Las chicas saben más», publicado por Civitas, un grupo de expertos independiente que investiga con vistas al mercado.
A los 14 años de edad, la diferencia se amplía aún más con el resultado de que la media de retraso de las chicas que no llegan al nivel esperado es de 18 meses y en el caso de los chicos es de tres años.
De 1955 a 1968, los chicos superaban a las chicas en un 5% en los exámenes oficiales, pero entre 1970 y 1985 ellas les alcanzaron. Desde 1987, los chavales sólo han conseguido el 80% del resultado de sus colegas del sexo opuesto.
El informe afirma que el descenso en los resultados académicos de los varones se debe a los cambios en los métodos de enseñanza de los últimos años. Mientras tanto, otro reportaje del «Sunday Times» del 11 de marzo, sostiene que incluso antes de ir al colegio los chicos y las chicas difieren en su desarrollo intelectual.
Dos estudios paralelos, llevados a cabo en una muestra de 3.200 niños y niñas de entre cuatro y cinco años de toda Escocia revela que los niños están por debajo en una serie de áreas de evaluación, el año anterior a ir al colegio y durante el primer curso de primaria.
Eric Wilkinson, autor del informe –financiado con fondos públicos– y profesor de Educación de la Universidad de Glasgow, evaluó a 1.200 alumnos de toda Escocia y se encontró con que las chicas eran mejores en ocho «categorías básicas», incluyendo coordinación física y matemáticas. Las evaluaciones se realizaron por medio de entrevistas para valorar su aptitud verbal y numérica, así como su capacidad de relación, pasar páginas e identificar palabras y letras.
En la categoría de comunicación expresiva, el 55% de las niñas de preescolar alcanzaron las máximas puntuaciones, en comparación con el 35% de los chicos. Más del 54% de las niñas obtuvieron calificaciones máximas en lectura, mientras que sólo lo lograron el 40% de los niños. Respecto a la escritura, dos terceras partes de las chicas llegaron al máximo nivel, a diferencia de los chicos, ya que sólo lo consiguieron menos de la mitad.
Un estudio similar, realizado por el consejo de Renfrewshire, llegó a la conclusión de que, de los más de 600 alumnos que empezaban primaria, los niños obtenían puntuaciones más bajas en cada una de las pruebas. En la aptitud de emparejar palabras con imágenes y comprender el principio y el final de las palabras, los niños tenían puntuaciones un 10% inferior a las de las niñas.
Los resultados del examen indican que la diferencia entre los géneros se amplía cuando los alumnos pasan a secundaria. La niñas tienen mejores resultados que los niños en 21 de las 34 materias de bachillerato. Incluso en materias que tradicionalmente habían sido dominadas por los varones, las chicas se pusieron en cabeza, con el 78% por ejemplo en Física, frente al 67% de los chavales. Los varones también son más proclives a la dislexia y a las dificultades de aprendizaje.
La situación en Estados Unidos y Canadá
Un estudio realizado en Estados Unidos también apunta a las ventajas de separar niños y niñas en la escuela, según el «Washington Times» del 26 de febrero. Un lugar en el que se está experimentando es en Campus School, una escuela pública adscrita a la Universidad de Memphis en la que hacen prácticas de docencia de primero a sexto grado los alumnos de la Facultad de Educación.
Este año, la escuela está experimentando con dos clases en las que hay separación entre géneros. El año pasado, los padres de los alumnos de cuarto grado decidieron si inscribir o no a sus hijos en una clase de sólo niños o niñas para este curso. De un total de 56, respondieron afirmativamente 49.
Los funcionarios de la escuela afirman que tuvieron menos problemas de disciplina e igualmente menos distracciones en clase, así como resultados académicos prometedores. Gwen Hewitt afirma que las clases separadas han ayudado a su hija, Tori Roseman, a promocionarse. «La sinergia positiva no puede mejorarse –dijo–. Ofrece a las chicas la oportunidad de ayudarse mutuamente. Están más dirigidas y más centradas».
Cathy Young, en la edición de febrero de la revista «Reason», sostenía también este punto de vista. En un artículo titulado «¿Dónde están los chicos? ¿Está Estados Unidos estafando a los chavales?», opina que el sistema escolar con separación entre niños y niñas podría ser la mejor opción para al menos una parte de la población escolar, ya que algunos adolescentes aprenden mejor sin la distracción de la presencia del género opuesto. Algunos estudios indican que el temor a parecer tontos ante los compañeros del sexo contrario es uno de los mayores obstáculos que impiden a chicos y chicas participar en clase. En especial, los varones intentan impresionar a las chicas.
Y en Canadá un reportaje sobre las escuelas privadas que carecen de coeducación en Ontario revela que gozan de los más altos niveles académicos. Según el «Globe and Mail» del 19 de abril, el «Informe de las escuelas secundarias de Ontario», realizado por el Instituto Fraser, indica que las escuelas que ocupaban los primeros 16 puestos en cuanto a calificaciones académicas eran privadas. De ellas, 10 eran colegios sin coeducación.
El instituto que realizó el informe puntuó a las escuelas de 0 a 10 según cinco medidas de rendimiento en los años 11 y 12 y OAC (el antiguo año 13). Sus últimos datos son de hace dos años. También ha recogido datos de los cinco años anteriores para ver si el colegio mejoraba o no. De las 815 escuelas de secundaria en las que recabó información, encontró datos suficientes en 568 como para elaborar la escala de puntuaciones. Las escalas se basaron en los porcentajes de los cursos matriculados; en los de los cursos aprobados; las materias centrales: lengua inglesa (francesa, en los colegios de habla francesa), matemáticas y ciencias básicas; así como la diferencia de género en lengua y en matemáticas.
Mientras tanto, en el estado australiano de Nueva Gales del Sur, la educación separada está siendo aceptada en el sistema educativo público. Según el «Sun-Herald» del 23 de marzo, el primer ministro del estado, Bob Carr, que fue alumno de una escuela pública, lidera ahora la causa a favor de los colegios separados, especialmente para niñas, vendiendo terreno público para financiarlos.
El ministro de Educación John Aquilina está también empeñado en ofrecer más colegios separados en el sector estatal. «Los padres nos dicen que quieren escuelas separadas –dijo–. El Instituto Femenino Burwood tiene 180 chicas en lista de espera. Las perderemos porque los
padres las enviarán a institutos privados. Necesitamos ofrecer la posibilidad de elección».
Si los chicos, en los últimos años, están fracasando ante las chicas en los resultados académicos, el Ministerio de Educación parece decidido a que la opción de la educación separada sea atractiva para los padres y mejore los resultados de los estudiantes de secundaria.