Así lo explicó este domingo tras rezar la oración mariana del Ángelus junto a unos 30.000 peregrinos que soportaron un tremendo calor, signo de que, al menos en Roma, ya ha llegado el verano boreal.
Hablando en polaco, el Papa deseó al despedirse de los fieles que «este tiempo os acerque a Dios y a los hombres, y os permita conocer la belleza del mundo».
El Papa saludó también a quienes en estos días toman el coche para disfrutar de unos días de vacaciones y exhortó a la «responsabilidad en la carretera, recordando que un correcto comportamiento al conducir es una manera concreta de respetar la vida propia y la de los demás».
Tras su viaje a Valencia, para participar en el Encuentro Mundial de las Familias, Benedicto XVI viajará el 11 de julio a la localidad de Les Combes de Introd, en el Valle de Aosta (Alpes Italianos) para pasar unos días de descanso, que deberían durar hasta el 28 de julio.