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La ubicación de México en América Latina

Francisco: pueblos originarios y migrantes

Reflexiones del obispo de San Cristóbal de las Casas sobre el viaje apostólico

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VER
El Papa no viene a México porque seamos muy importantes, sino porque hay problemas. No viene a visitar a sus amigos, sino a estar cerca de quienes más sufren. No viene a hacer turismo, ni a llevarse dinero al Vaticano, sino a traer signos de la misericordia de Dios y a urgirnos ser más misericordiosos con los pobres. Entre estos pobres, están los indígenas y los migrantes. También los presos, los enfermos, los ancianos. No excluye a todos los demás, pero tiene sus prioridades, que quiere sean las de Jesús y las nuestras. No viene a hacerse publicidad, pues nos ha dicho que no se debería hablar tanto del Papa, sino de Jesucristo; que no hay que hablar tanto de la Iglesia, sino de Reino de Dios.
Sin embargo, algunos no aceptan de corazón a los pobres. Por ejemplo, unos dicen que qué les viene a ver a los indígenas. Otros, que ojalá les diga que se porten mejor. Así lo expresó una persona que me envió este mensaje: “Yo me siento muy contenta que nuestro Papa nos visite y que venga especialmente para la gente indígena, porque a ver si así les viene a tocar un poco el corazón, ya que nuestros hermanos indígenas son de muy mal corazón”. Y alguien más me escribió: “Ellos son muy groseros e irrespetuosos; son los que tapan carreteras, golpean los carros, asaltan, matan y despojan hasta su propia gente. Ojalá que el Papa los exhorte a ser más humanos”. Es decir, los indígenas son los malos… No niego que haya pecado en ellos; pero no se reconocen las vejaciones y la explotación de que han sido víctimas. Esto es racismo puro, no de tiempos pasados, sino de hoy. Y en cuanto a los migrantes, todavía sigue habiendo desconfianzas y rechazos, así como engaños, robos, extorsiones y mil sufrimientos que pasan.
PENSAR
El Papa Francisco nos ha llamado varias veces a la conciencia para una conversión hacia los pobres, aunque hay muchos oídos sordos, e incluso se le critica por hablar tanto de estos temas. En particular, sobre indígenas y migrantes, nos ha dicho:
“Es indispensable prestar especial atención a las comunidades aborígenes con sus tradiciones culturales. Los indígenas no son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios.
En diversas partes del mundo, los indígenas son objeto de presiones para que abandonen sus tierras, a fin de dejarlas libres para proyectos extractivos y agropecuarios que no prestan atención a la degradación de la naturaleza y de la cultura.
En nuestra época, los flujos migratorios están en continuo aumento en todas las áreas del planeta: refugiados y personas que escapan de su propia patria interpelan a cada uno y a las colectividades, desafiando el modo tradicional de vivir y, a veces, trastornando el horizonte cultural y social con el cual se confrontan.
La presencia de los emigrantes y de los refugiados interpela seriamente a las diversas sociedades que los acogen. Estas deben afrontar los nuevos hechos, que pueden verse como imprevistos si no son adecuadamente motivados, administrados y regulados. ¿Cómo hacer de modo que la integración sea una experiencia enriquecedora para ambos, que abra caminos positivos a las comunidades y prevenga el riesgo de la discriminación, del racismo, del nacionalismo extremo o de la xenofobia?
Es trágico el aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental, que llevan el peso de sus vidas abandonadas sin protección normativa alguna.
Abundantes bendiciones para quienes socorren a los migrantes. Acójanlos sin miedo. Ofrézcanles el calor del amor de Cristo y descifrarán el misterio de su corazón”.
ACTUAR
Abramos el corazón a los indígenas y a los migrantes. Como ofrenda y fruto de la visita del Papa, estamos construyendo otros dos albergues para migrantes, uno en Frontera Comalapa, y el otro en Salto de Agua. Hemos abierto una cuenta bancaria, por si alguien de ustedes quiere colaborar en esta obra de misericordia: Cuenta No. 659 10 88 de Banamex, sucursal 7009, en San Cristóbal de Las Casas, a nombre de un servidor.

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Felipe Arizmendi Esquivel

Nació en Chiltepec el 1 de mayo de 1940. Estudió Humanidades y Filosofía en el Seminario de Toluca, de 1952 a 1959. Cursó la Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, España, de 1959 a 1963, obteniendo la licenciatura en Teología Dogmática. Por su cuenta, se especializó en Liturgia. Fue ordenado sacerdote el 25 de agosto de 1963 en Toluca. Sirvió como Vicario Parroquial en tres parroquias por tres años y medio y fue párroco de una comunidad indígena otomí, de 1967 a 1970. Fue Director Espiritual del Seminario de Toluca por diez años, y Rector del mismo de 1981 a 1991. El 7 de marzo de 1991, fue ordenado obispo de la diócesis de Tapachula, donde estuvo hasta el 30 de abril del año 2000. El 1 de mayo del 2000, inició su ministerio episcopal como XLVI obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, una de las diócesis más antiguas de México, erigida en 1539; allí sirvió por casi 18 años. Ha ocupado diversos cargos en la Conferencia del Episcopado Mexicano y en el CELAM. El 3 de noviembre de 2017, el Papa Francisco le aceptó, por edad, su renuncia al servicio episcopal en esta diócesis, que entregó a su sucesor el 3 de enero de 2018. Desde entonces, reside en la ciudad de Toluca. Desde 1979, escribe artículos de actualidad en varios medios religiosos y civiles. Es autor de varias publicaciones.

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