CIUDAD DEL VATICANO, 23 septiembre 2002 (ZENIT.org).- La Iglesia en China perdió este lunes a uno de sus históricos líderes, el cardenal John Baptist Wu Cheng-Chung, obispo de Hong Kong desde 1975.
Tenía 75 años y había padecido durante largo tiempo cáncer de huesos, según explicaron fuentes eclesiásticas de la diócesis.
En un telegrama enviado al obispo coadjutor de Hong Kong, monseñor Joseph Zen, que sucede al cardenal, Juan Pablo II confiesa su «inmensa gratitud por su fructuosa e incansable cooperación con la Santa Sede y conmigo personalmente a través de mi pontificado».
«Estoy seguro de que su memoria vivirá en la comunidad que sirvió tan fielmente, inspirando a todos una mayor generosidad en la vida cristiana», afirma el mensaje papal.
El líder político de Hong Kong, el jefe ejecutivo Tung Chee-hwa, afirmó que está «profundamente entristecido» por la muerte del cardenal Wu y expresó su pésame a la Iglesia.
«Trabajó sin descanso para servir a la comunidad católica y ofreció una gran contribución al bienestar de la gente de Hong Kong», afirma Tung en un comunicado distribuido este lunes.
Nacido el 26 de marzo de 1925 en China continental, John Baptist Wu estudió en la Academia Teológica de China del Sur y el 6 de julio de 1952 fue ordenado sacerdote en Hong Kong.
Después de haber desarrollado su misión pastoral en esa ciudad, obtuvo una licencia en Derecho Canónico en Roma. A causa de las restricciones que le impuso el régimen comunista, tuvo que viajar por Estados Unidos hasta llegar a Taiwán, en 1957, donde dirigió durante dos años la parroquia de Hsin Miaoli.
El 5 de abril de 1975 Pablo VI le nombró obispo de Hong Kong.
Su nombre quedó ligado a un acontecimiento histórico para la Iglesia y para China, cuando en 1985 guió una delegación que visitó Pekín y Shanghai por invitación del Gobierno comunista. Era la primera visita realizada por un obispo de Hong Kong a China desde 1949.
En 1986, el cardenal Wu pudo encontrarse con su anciana madre y con otros familiares de los que había estado separado durante cuarenta años. Juan Pablo II le creó cardenal en el consistorio del 28 de junio de 1988.
En los años sucesivos, Hong Kong se preparó para el paso de poderes de la colonia británica a la República Popular China, cuyo acto oficial tuvo lugar el 1 de julio de 1997.
En esos momentos, el cardenal Wu recalcó en toda circunstancia la absoluta autoridad del Papa en materia de fe y la unidad de los católicos a la Iglesia universal.
El mismo Papa Karol Wojtyla, en una carta escrita el 24 de junio de 1997 exhortaba a la diócesis de Hong Kong a ser todavía más «la ciudad colocada sobre un monte».
Y añadía, «en el nuevo contexto histórico, la misión de la comunidad católica consistirá en acompañar a todos en el camino hacia ulteriores conquistas en el progreso social, en la paz, y en la solidaridad».
Juan Pablo II ha pedido al cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que presida el próximo sábado, 28 de septiembre, en Hong Kong, en su nombre, las solemnes exequias del cardenal Wu.
Tras su muerte, el Colegio cardenalicio queda compuesto por 171 cardenales, de los cuales 115 son electores y 56 no electores (han cumplido los 80 años). Los purpurados asiáticos son 15, procedentes de 10 países.