¿Es posible ser misionero con la información?

Responde el director de «Mondo e Missione», Gerolamo Fazzini

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CIUDAD DEL VATICANO, 25 febrero 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II constata en el Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2003 que «en ninguna época la Iglesia ha tenido tantas posibilidades de anunciar a Jesús como hoy, gracias al desarrollo de los medios de comunicación social».

La propuesta del Papa plantea una pregunta: ¿es posible evangelizar con la información?

Para responder a esta pregunta Zenit ha entrevistado a Gerolamo Fazzini, codirector de «Mondo e Missione», revista mensual misionera del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras, una de las más influyentes en este sector en el seno de la Iglesia católica

–¿Qué puede ofrecer una revista misionera en el panorama informativo actual?

–Fazzini: En un contexto que tiende la mundialización de la noticia, y en un panorama que corre el riesgo de caer en la homologación cultural, una revista misionera se distingue por su punto de vista totalmente identificable y original: el de la Iglesia proyectada a la evangelización, al encuentro con el hombre de todo continente y de toda cultura.

Si es fiel a su carisma, la contribución de una revista misionera al panorama informativo puede ser, por tanto, muy importante, pues es insustituible: presenta la vivencia de hombres y mujeres que anuncian a Cristo en los diferentes continentes; narra los pasos del Evangelio en el mundo; el milagro de una Iglesia múltiple en su riqueza, y unida en torno a lo esencial.

La mirada sobre los acontecimientos y los problemas no es, por tanto, la de un especialista en geopolítica o la del teólogo ascético, sino la de la misión hecha historia concreta, que asume las culturas y descubre en su interior su riqueza y su carácter poliédrico a la luz del Evangelio.

–¿Cuáles son los argumentos de los que ustedes hablan y que los demás callan?

–Fazzini: La lista sería larga… Pienso, ante todo, en la condición de los cristianos en el mundo, que en algunos casos está marcada por la discriminación, en ocasiones por la persecución e incluso por el martirio.

Pienso en las guerras que ensangrientan el planeta y que normalmente no salen en las portadas, pues son combatidas por pobres que matan a otros pobres.

Pienso en los tesoros de cultura y humanidad que están diseminados en los pueblos y que los medios nos hacen apreciar sólo en raras ocasiones, pues no tienen la posibilidad de penetrar de manera concreta en la vida cotidiana de la gente.

Pienso en la relación entre el Evangelio y desarrollo, en la experiencia de los misioneros que, al restituir al hombre su dignidad de persona, promueven un auténtico rescate. Esto no lo puede comprender quien se limita a adoptar recetas meramente técnicas o económicas.

Por último, pienso en la globalización, tótem de nuestro tiempo, alabada por algunos como panacea de todos los males, y acusada por otros como chivo expiatorio «global». Nosotros tratamos de dar una lectura atenta a los diferentes matices, sin lentes ideológicas.

–Una revista misionera afronta muchos argumentos que afrontan también las agencias y las revistas de interés social, como las de las organizaciones no gubernamentales. ¿Qué es lo que les distingue a ustedes de estas publicaciones?

–Fazzini: Ciertamente no es el carácter «confesional», sino la óptica de la fe. Una fe que no se contenta con confirmar los principios éticos, sino que se afronta la vida personal, la interpretación cristiana de lo que se mueve en la historia y en la sociedad. Una revista misionera concibe la promoción humana como algo inseparablemente ligado a la evangelización, y viceversa.

Si hablamos de algunos temas concretos, por ejemplo las cuestiones ambientales, una revista misionera, preocupada por el destino del planeta y del hombre que en él habita, tiene quizá una visión menos catastrófica que otros, pues a la luz de la fe confía en los recursos de la inteligencia humana y en la capacidad del hombre de «dominar el mundo», como dice la Biblia.

–¿Qué mensaje lanza a este mundo una revista misionera?

–Fazzini: Un mensaje de libertad. Al no obedecer de manera tiránica a las leyes del mercado, las revistas misioneras siguen dedicándose a dar lo que «no hace noticia» en nombre de valores diferentes a los del mercado. Esto no significa que no hay que vérselas con el público, preocuparse por la calidad, o considerar las cuestiones económicas.

En segundo lugar, una revista misionera puede ofrecer al mundo un mensaje de esperanza. Esto podría parecer una contradicción: con frecuencia nuestras páginas están llenas de dramas humanos, heridas, tragedias sociales… Sin embargo, no hacemos una revista que crea ansia. El cristiano confía en quien ha vencido al mundo y no se rinde ante las asperezas de la historia.

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ZENIT Staff

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