CIUDAD DEL VATICANO, 16 junio 2003 (ZENIT.org).- La Academia Pontificia de las Ciencias ha hecho un llamamiento a la construcción de un nuevo humanismo en el que ciencia, ética y fe trabajen en diálogo y no en contraposición.
La invitación ha sido hecha pública este lunes en un comunicado de prensa de esta institución, la más antigua del mundo en su género (fue fundada en 1603), distribuido por la Sala de Prensa de la Santa Sede.
«Hoy más que nunca se requiere un nuevo humanismo que tenga en cuenta todos los aspectos de la cultura humana, y en el que las ciencias humanas, sociales y naturales puedan trabajar juntas», afirma el llamamiento.
El documento recoge las conclusiones de la sesión plenaria de la Academia Pontificia de las Ciencias, celebrada del 8 al 11 de noviembre pasado, en la que se discutieron las contribuciones ofrecidas por la actividad científica y educativa a la cultura del ser humano.
Un humanismo que sepa integrar la ciencia con la ética, explica el comunicado, «contribuirá decisivamente a aumentar el conocimiento global de nuestro mundo y nuestro papel en el mismo, a favorecer el respeto de las futuras generaciones, a promover lo que hay de humano en las personas, a salvaguardar el ambiente, y a promover el crecimiento y el desarrollo sostenibles».
«En este sentido, la ciencia puede ayudar a unir mentes y corazones, a alentar el diálogo no sólo entre investigadores, líderes culturales y políticos, sino también entre naciones y culturas, ofreciendo una contribución incalculable a la paz y a la armonía entre los pueblos del mundo».
«La ciencia, tan apreciada en las enseñanzas de Juan Pablo II, cuando está en armonía con la fe puede participar plenamente en este nuevo humanismo», afirman los científicos.
«Una visión global, en la que la ciencia y sus valores desempeñen su papel de búsqueda de la verdad, junto a una sabiduría de la ética desarrollada a través de los siglos, puede ser de gran ayuda para establecer políticas y tecnologías que reduzcan los posibles riesgos que acompañan a muchas de sus aplicaciones», añade el comunicado.
Por este motivo, los miembros de la Academia Pontificia de las Ciencias concluyen haciendo un llamamiento «a reconocer plenamente la incalculable contribución realizada por las ciencias naturales a la cultura humana».
Son miembros de esta Academia entre otros Gary Stanley Becker, profesor de Economía de la University of Chicago, y Premio Nobel 1982; Ahmed Hassan Zewail, profesor de Química y Física en el California Institute of Tecnology de Pasadena, y Antonio Zichichi, presidente de Presidente de la Federación Mundial de Científicos (WFS, por sus siglas en inglés).
El presidente de la Academia es el profesor Nicola Cabibbo, profesor de Física teórica en la Universidad de Roma «La Sapienza». Son miembros honorarios de la Academia el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y el cardenal Carlo M. Martini, arzobispo emérito de Milán.
Actualmente es la única Academia de las Ciencias con carácter supranacional existente en el mundo. Tiene como fin: honrar la ciencia pura dondequiera que se encuentre; asegurar su libertad y favorecer las investigaciones, que constituyen la base indispensable para el progreso de las ciencias. La Academia se encuentra bajo la dependencia del Santo Padre.