Benedicto XVI: las religiones no socavan la unidad de Vietnam

Audiencia a los obispos de este país en visita “ad limina”

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CIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Las diversas religiones no son un peligro para la unidad de Vietnam, dijo Benedicto XVI al recibir este sábado a los obispos de este país al término de su visita quinquenal “ad limina Apostolorum”.

En su discurso en lengua francesa, el Papa alentó a los obispos a insistir en el diálogo con los representantes de las demás religiones.

También a dejar claro que “la Iglesia contribuye al desarrollo humano y espiritual de las personas, pero también al desarrollo del país”.

Vietnam tiene una población de más de 85 millones de habitantes, que, desde el punto de vista religioso y espiritual, se dividen en cuatro grandes filosofías y religiones: el budismo, el confucianismo, el taoismo y el cristianismo.

A lo largo de los siglos, confucianismo, taoismo y budismo se han fusionado con las creencias populares chinas y el antiguo animismo vietnamita, dando como resultado el llamado “Tam Giao” (triple religión”).

En cuanto a los cristianos, los católicos constituyen el 7% de la población.

Y también hay una muy pequeña comunidad protestante, nacida en parte de la colonización francesa y en parte de la presencia americana durante los años de la guerra del Vietnam.

En su discurso a los obispos, el Papa destacó la necesidad de “una sana colaboración entre la Iglesia y la comunidad política”.

También recordó que la Iglesia invita a todos sus miembros “a esforzarse fielmente para construir una sociedad justa y solidaria”.

“Ésta no intenta sustituir al gobierno –señaló el pontífice–, sino que busca únicamente –en espíritu de diálogo y de cooperación respetuosa- tomar parte en la vida de la nación, al servicio de toda la población”.

“Además, me parece importante destacar que las religiones no representan un peligro para la unidad de la nación”, prosiguió.

Porque la Iglesia, dijo, “pretende ayudar a sus miembros a santificarse y a que, a través de sus instituciones, deseen ponerse, de manera generosa y desinteresada, al servicio del prójimo”.

Por ello, el Papa pidió a los obispos dedicar una “particular atención a los fieles laicos”, especialmente a los jóvenes y las familias.

“Es deseable que cada familia católica enseñe a los niños a vivir conforme a una recta conciencia, en la lealtad y la verdad, convirtiéndose en una fuente de valores y virtudes humanas, en una escuela de fe y de amor a Dios”, afirmó.

“Los laicos católicos deben demostrar, mediante su vida basada en la caridad, la honestidad y el amor al bien común, que un buen católico es un buen ciudadano”, concluyó.

Anteriormente, en su discurso de saludo al Santo Padre, el presidente de la Conferencia Episcopal Vietnamita, monseñor Pierre Nguyên Van Nhon, había invitado al Papa a visitar las tres provincias eclesiásticas que componen el país.

El obispo también recordó que la Iglesia en Vietnam celebrará un año jubilar especial del 24 de noviembre de 2009, solemnidad de los mártires del país, al día de la Epifanía del 2011.

En este sentido, el prelado destacó que “una conmemoración de nuestros mártires nos invita a vivir más profundamente el don de la fe y a prolongar su testimonio evangélico en el corazón del mundo, en el seno de una sociedad llena, al mismo tiempo, de promesas y de desafíos”.

La Iglesia en Vietnam

En una entrevista emitida el viernes en Radio Vaticano, monseñor Pierre Nguyen Van Nhon explicó algunos detalles de la vida de la Iglesia en Vietnam.

Destacó que las vocaciones a la vida sacerdotal en Vietnam son numerosas gracias a la familia. “La familia vietnamita es un apoyo, es ya un pre-seminario”, aseguró.

El obispo explicó que “cada seminario tiene muchos seminaristas, entre 150 y 250 y en general hay unos mil seminaristas, sin contar los de la etapa preparatoria”.

Respecto a los laicos, monseñor Nguyen, destacó la importante función que desempeñan los jóvenes, y su gran amor y respeto por la jerarquía.

A la vez, constató la necesidad de mejorar su preparación, muchos de los cuales se dedican a transmitir la fe (hay unos 50.000 catequistas voluntarios).

El presidente del episcopado destacó que las relaciones diplomáticas entre Vietnam y la Santa Sede han mejorado, aunque lamentó que todavía no haya una presencia permanente de la Santa Sede en el país.

“Un representante del Papa sería para nosotros un signo tangible del Santo Padre y de la Iglesia”, afirmó.

También expresó su confianza en que la visita “ad limina” contribuya a hacer progresar a la Iglesia en Vietnam, como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, tras las cuales, por ejemplo, el proceso de nombramiento de los obispos ha adquirido mayor libertad.

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ZENIT Staff

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