CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 3 febrero 2006 (ZENIT.org).- «Caritas Internationalis» alerta de la necesidad urgente de fondos (600.000 dólares estadounidenses) a fin de garantizar que prosigan los buenos resultados del programa de educación secundaria para los refugiados bhutaneses en Nepal dirigido por «Caritas» de este país.
En un comunicado difundido recientemente, el organismo católico de ayuda recuerda que en los últimos 15 años más de 100.000 refugiados bhutaneses han vivido en campamentos administrados por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Desde 1992 ACNUR ha delegado responsabilidades en «Caritas Nepal» para la educación secundaria y superior de los refugiados.
Si bien esta sección de la ONU suministra la mayor parte de los fondos, este año algunos se han destinado a otros fines, por lo que «Caritas Nepal» hace frente a un déficit de financiación.
«Debemos continuar estos programas, especialmente porque están destinados a niños en edad muy delicada», advirtió el padre Silas Bogati, director ejecutivo de «Caritas Nepal».
«Son indispensables para mantener la paz y la armonía –reconoció–, pues evitan que los niños caigan en la desesperación y recurran a actos que pueden ser antisociales debido a la situación en que se encuentran».
En 1985 el pequeño reino budista de Buthán (montañas del Himalaya) introdujo un sistema de leyes raciales estrictas, concebido para eliminar a los ciudadanos de origen o etnia nepalesa del Buthán meridional, recuerda «Caritas».
Así, en la década de 1990, en medio del creciente movimiento de protesta de los bhutaneses del sur, el gobierno respondió con expulsiones masivas. Desde entonces se ha negado el retorno a los refugiados bhutaneses, quienes se han quedado sin patria.
Los fondos necesarios para proseguir con la labor educativa se destinarán a sufragar los libros y suministros escolares, el mobiliario para las aulas y material escolar, la reparación y mantenimiento los locales, y los derechos para las matrículas y admisiones de los estudiantes.
Igualmente se sufragarán los programas especiales en curso, tales como los que se ocupan de la desigualdad de género o de la violencia basada en esta causa. Además, las escuelas hacen hincapié en los estudiantes con necesidades especiales y en programas que procuran sensibilizarles respecto a los problemas que afrontan.
«Hemos sido un modelo exitoso, pues el número de niños y niñas que asisten a la escuela es casi igual y las tasas de deserción son muy bajas», confirmó el padre Silas.
Asimismo señaló que el personal de las escuelas de estos campos está formado casi enteramente por refugiados, circunstancia que, además de darles un sentido de satisfacción, les permite desarrollar sus competencias.
Algunos profesores proceden del «Servicio Jesuita de Refugiados» –que asiste desde 1993 a refugiados bhutaneses– o son ciudadanos nepaleses.
La importancia de este nuevo llamamiento de «Caritas Internationalis» reside en que, con el reciente recrudecimiento de la violencia en Nepal, el progreso continuo de la educación de los refugiados cobra mayor urgencia.
Los rebeldes maoístas abandonaron el «alto el fuego» unilateral a principios de enero, afirmando que el gobierno no había respondido a cambio. A partir de ese momento, intensificaron sus ataques a los puestos militares y de policía en todo el país.
Desde entonces, Bhután y Nepal, así como otros países, han mostrado mayor interés por una solución duradera de la situación crítica de los refugiados: ya sea en la repatriación o en el reasentamiento en países anfitriones.
En este contexto, la educación sigue siendo el único beneficio para el desarrollo de sus capacidades que, en cualquier caso, les servirá en el país que se convierta en su futuro hogar. Y la educación seguirá siendo un recurso para la comunidad de refugiados en los campamentos.
«Caritas Internationalis» (www.caritas.org) es una confederación católica de 162 organizaciones de ayuda, desarrollo y servicios sociales presente en 200 países y territorios.
