El dicasterio para la nueva evangelización celebra su primer aniversario

Un año de trabajo intenso, explica su presidente

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes 1 de julio de 2011 (ZENIT.org).– “Trabajo intenso y gran entusiasmo”: estas son las dos palabras que resumen el primer año el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, destacó a Radio Vaticano su presidente, el arzobispo Rino  Fisichella.

Hace un año, durante la celebración de las primeras vísperas de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, Benedicto XVI anunció la creación de este consejo pontificio al que encargaba “promover una evangelización renovada en los países en los que ya resonó el primer anuncio”, pero que viven una especie de “eclipse del sentido de Dios”.

El Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización nació después en septiembre de 2010 con la Carta apostólica Ubicumque et semper.

Un año después del anuncio del Papa, monseñor Fisichella ha realizado un primer balance en Radio Vaticano.

Durante este año, « hemos realizado la estructura –ahora el dicasterio está ya casi completo- y el entusiasmo ha crecido”, explicó.

Ahora, constató, “se siente la necesidad por parte de muchas de nuestras Iglesias particulares, de movimientos antiguos y nuevos, de tomar el camino para anunciar de nuevo el Evangelio de siempre, y ello con más credibilidad y convicción”.

Próximamente se celebrará un encuentro importante para el dicasterio: un sínodo sobre el tema La nueva evangelización y la transmisión de la fe, convocado para octubre de 2012.

“Se trabaja en la nueva evangelización desde hace mucho tiempo: no estamos en el punto de partida, sino que estamos constantemente en camino”, destacó.

«Debemos tratar de dar una unidad a todo esto –añadió-. Pero debemos también hacerlo escuchando a las conferencias episcopales, escuchando a todas estas realidades eclesiales –antiguas y nuevas- que, en estos últimos años, se han arremangado y han llevado a la práctica realmente estas metodologías de nueva evangelización, con grandes resultados”.

Finalmente, monseñor Fisichella recordó que no se puede “hacer nueva evangelización” sin “nuevos evangelizadores”.

Y concluyó: “Deseamos dar signos a la Iglesia de la presencia de nuevos evangelizadores para suscitar entusisamo y para renovar el espíritu misionero que debe estar presente en nuestras comunidades particulares, en nuestras Iglesias locales”.

Por Marine Soreau

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ZENIT Staff

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