El milagro eucarístico de Lanciano según el científico que comprobó su autenticidad

Habla el doctor Edoardo Linoli

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ROMA, jueves, 5 mayo 2005 (ZENIT.org).- Verdadero tejido cardíaco sostuvo el doctor Edoardo Linoli en sus manos, como él mismo reconoce a Zenit– cuando analizó años atrás las reliquias del milagro eucarístico de Lanciano (Italia), el más antiguo de los conocidos.

El fenómeno se remonta al siglo VIII. En Lanciano, en la iglesia dedicada a san Legonciano, un monje basiliano que celebraba la misa en rito latino, tras la consagración, empezó a dudar de la presencia real de Cristo bajo las sagradas especies.

En ese momento el sacerdote vio cómo la sagrada hostia se transformaba en carne humana y el vino en sangre, que posteriormente se coaguló. En la catedral se custodian estas reliquias.

Profesor de Anatomía e Histología Patológica, de Química y Microscopia Clínica, y ex jefe del Laboratorio de Anatomía Patológica en el Hospital de Arezzo, el doctor Linoli ha sido el único que ha analizado las reliquias del milagro de Lanciano. Sus resultados han suscitado un gran interés en el mundo científico.

En noviembre de 1970, por iniciativa del arzobispo de Lanciano, monseñor Pacifico Perantoni, y del ministro provincial de los Conventuales de Abruzzo, contando con la autorización de Roma, los Franciscanos de Lanciano decidieron someter a examen científico las reliquias.

Se encomendó la tarea al profesor Linoli, ayudado del profesor Ruggero Bertelli –de la Universidad de Siena–. Con la mayor atención, el profesor Linoli extrajo partes de las reliquias y sometió a análisis los restos de «carne y sangre milagrosas». El 4 de marzo de 1971 presentó los resultados.

Evidencian que la carne y la sangre eran con seguridad de naturaleza humana. La carne era inequívocamente tejido cardíaco, y la sangre era verdadera y pertenecía al grupo AB.

Consultado por Zenit, el profesor Linoli explicó que «por lo que respecta a la carne me encontré en la mano con el endocardio. Por lo tanto no hay duda alguna de que se trata de tejido cardíaco».

En cuanto a la sangre, el científico subrayó que «el grupo sanguíneo es el mismo del hombre de la Sábana Santa de Turín, y es particular porque tiene las características de un hombre que ha nacido y vivido en las zonas de Oriente Medio».

«El grupo sanguíneo AB de los habitantes del lugar de hecho tiene un porcentaje que va del 0,5 al 1%, mientras que en Palestina y en las regiones de Oriente Medio es del 14-15%», apuntó. <br>
El análisis del profesor Linoli reveló además que no había en la reliquia sustancias conservantes y que la sangre no podía haber sido extraída de un cadáver, porque se habría alterado rápidamente.

El informe del profesor Linoli fue publicado en «Quaderni Sclavo di diagnostica clinica e di laboratorio» (1971, fasc.3, Grafiche Meini, Siena).

En 1973, el consejo superior de la Organización Mundial de la Salud (OMS) nombró una comisión científica para verificar las conclusiones del médico italiano. Los trabajos se prolongaron 15 meses con un total de medio millar de exámenes. Las conclusiones de todas las investigaciones confirmaron lo que había sido declarado y publicado en Italia.

El extracto de los trabajos científicos de la comisión médica de la OMS fue publicado en diciembre de 1976 en Nueva York y en Ginebra, confirmando la imposibilidad de la ciencia de dar una explicación a este fenómeno.

El profesor Linoli participa este jueves en el Congreso sobre los milagros eucarísticos que ha organizado el Master en Ciencia y Fe del Ateneo Pontificio Regina Apostulorum (Roma), en colaboración con el Instituto San Clemente I Papa y Mártir, con ocasión del Año Eucarístico que celebra la Iglesia universal hasta octubre.

«Los milagros eucarísticos son fenómenos extraordinarios de distinto tipo», explicó el director del Congreso, el padre Rafael Pascual LC, en «Radio Vaticana»: «por ejemplo, está la transformación de las especies del pan y del vino en carne y sangre, la preservación milagrosa de las Hostias consagradas, o algunas hostias que vierten sangre».

«En Italia hay varios lugares donde han ocurrido estos milagros eucarísticos –aclaró–, pero también los hallamos en Francia, Alemania, Holanda, España» y algunos «en América del Norte».

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ZENIT Staff

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