El Papa pide a Rumanía devolver los bienes de la Iglesia

El Gobierno promete una ley para el próximo otoño

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO/BUCAREST, 3 junio 2002 (ZENIT.org).- El Parlamento de Rumanía ha respondido con promesas positivas a la petición de Juan Pablo II para que se devuelvan a la Iglesia católica los bienes expropiados por el régimen comunista.

El Santo Padre presentó su petición el sábado pasado al recibir en el Vaticano al nuevo embajador de Bucarest ante la Santa Sede, Mihail Dobre, de 41 años de edad.

Ha llegado la hora, dijo el pontífice, de que las instancias civiles restituyan «según un criterio de justicia, el patrimonio eclesiástico confiscado para permitir que la Iglesia católica disponga de estos bienes para el cumplimiento de su misión».

«No hay que olvidar nunca que, cuanto más se trate de curar las heridas del pasado que constituyen potenciales motivos de enfrentamiento, más se ayudará a los cristianos a dedicar sus energías al bien de toda la sociedad», añadió el Papa.

Algunas de las propiedades de la Iglesia católica (en particular las de los católicos de rito oriental) pasaron por la fuerza a la Iglesia ortodoxa.

Para superar los problemas que ahora suscitan la propiedad de esos edificios, la Iglesia ortodoxa y la católica han creado una comisión. «Si bien hay que observar la necesaria prudencia, es necesario que esta Comisión especial tenga en cuenta la real urgencia para la Iglesia católica de disponer de esos edificios sagrados», afirmó el pontífice.

El primer ministro Adrian Nastase declaró en Bucarest este lunes que el Parlamento rumano debería aprobar en otoño un proyecto de ley para restituir a las Iglesias ortodoxa y católica los bienes que les fueron confiscados por el régimen comunista.

«Es una cuestión de principios, no de favorecer a una Iglesia o a otra», subrayó Nastase.

Católicos de rito oriental de Rumania habían constatado ante el Papa en marzo «abusos» perpetrados contra ellos por parte de algunos fieles ortodoxos, que «rechazan» devolverles lugares de culto.

La Iglesia católica de rito oriental fue prohibida en 1948 y sus lugares de culto fueron confiscados y entregados a los ortodoxos. Centenares de sus sacerdotes murieron en prisión, después de negarse a entrar en la Iglesia ortodoxa.

El régimen comunista también había expropiado –aunque en menor medida– bienes pertenecientes a las Iglesias ortodoxa y católica de rito latino.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación