CIUDAD DE MÉXICO, 3 junio 2003 (ZENIT.org).- El cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, ha respaldado las declaraciones de algunos obispos mexicanos por considerar que no son una injerencia en la campaña electoral del país, sino el enunciado de principios que de moral católica, que también defiende la Constitución mexicana.
La polémica surgió cuando determinados partidos políticos denunciaron a algunos obispos ante la Procuraduría de Asuntos Electorales –una fiscalía especial para delitos en esta materia— porque supuestamente infringieron la ley que impide a los ministros de culto expresarse en cuestiones electorales.
Los obispos se habían limitado a señalar a sus feligreses que un cristiano no debe votar por aquellos partidos que promuevan el aborto, las uniones entre homosexuales y la manipulación genética.
Al concluir la celebración eucarística del domingo, el cardenal Rivera declaró a la prensa la coincidencia existente entre la legislación civil de México y el Código de Derecho Canónico, el cual también impide este tipo de propaganda, oposición o partidismo en una contienda electoral.
Al mismo tiempo, reconoció, tanto la normativa civil como la eclesiástica «defienden el derecho de todo ser humano a la libre expresión, a la libertad religiosa».
«Creo que en una sociedad como la mexicana –observó– no se puede proclamar la libertad de expresión, la libertad religiosa para algunos y para los demás una ley mordaza».
En cuanto a las circunstancias presentes, el purpurado confirmó que había «leído detenidamente» las intervenciones de los obispos y «ninguno de ellos se refiere a ningún partido, ni a ninguna persona».
«Se refieren –constató– a principios que son fundamentales en nuestra creencia y que también la Constitución mexicana defiende. Defiende el derecho a la vida, defiende la dignidad de la familia y del matrimonio».
La Secretaría de la Gobernación llegó a exhortar la semana pasada a los prelados para que se abstuvieran de «interferir» en el proceso electoral y subrayó la posibilidad de que al menos cinco obispos fueran sancionados.
En cualquier caso, como señaló el presidente de la Conferencia del Episcopado mexicano –el arzobispo de San Luis Potosí, monseñor Luis Morales Reyes–, la Iglesia católica no se siente víctima de una persecución política.
No obstante, el prelado insistió en que la Iglesia seguirá promoviendo la emisión del voto «razonado y responsable» mediante la difusión del documento «Votemos con Responsabilidad» del 25 de marzo –según recoge el diario «Milenio»–, porque «cada quien decide interna y libremente».
México se prepara para las elecciones intermedias en las que el próximo 6 de julio se renovarán presidencias municipales y gobiernos en algunos estados y la Cámara de Diputados del país, que hasta ahora está encabezada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
