Estados Unidos: El mito de la inmigración

Entrevista con el director del Servicio de Migración de los obispos estadounidenses

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

WASHINGTON, domingo, 8 junio 2008 (ZENIT.org).- Vencer la ignorancia es un elemento principal en la lucha por la justicia relacionada con la inmigración, afirma un colaborador de los obispos de Estados Unidos.

Johnny Young es el director de los Servicios de Migración y Refugiados de la Conferencia Episcopal. Esta organización, junto con la Red Católica de Inmigración Legal, es anfitriona de la Conferencia Nacional de Migración que tendrá lugar los días 28 al 31 de julio próximos.

Zenit ha hablado con Young sobre la conferencia, titulada «Renovar la Esperanza, Buscar la Justicia», y sobre los objetivos de los organizadores para la reunión.

–Uno de los objetivos de esta conferencia es «incrementar la conciencia pública sobre cuestiones de migración». ¿Cuáles son algunos de los principales malentendidos sobre migración que deben ser erradicados?

–Young: Hay muchos pero subrayar algunos de ellos puede ayudar.

Está el problema y la percepción negativa de que todos los inmigrantes, documentados e indocumentados son lo mismo. Lo que, por supuesto, no es verdad. Ambos grupos merecen respeto y trato digno.

En cuanto a los indocumentados, los problemas son numerosos. Por ejemplo, está el mito de que los indocumentados no pagan impuestos y drenan los recursos del servicio social de una u otra manera. La evidencia empírica demuestra otra cosa. Ellos pagan impuestos y no son un peso indebido sobre los servicios sociales.

En lo que se refiere a impuestos, ellos han pagado cientos de millones al sistema de Seguridad Social y no recibirán ni un penique de él. Están en efecto ayudando a mantener a flote el sistema de Seguridad Social. Esto, por supuesto, se suma a lo que los indocumentados pagan en concepto de renta, propiedad, ventas y otras tasas federales y estatales.

Luego está el hecho olvidado de que los indocumentados no son diferentes de ninguno de nosotros en su deseo de buscar lo mejor para sus familias.

Otro estereotipo es que se ha acabado por asociar a los indocumentados con la comunidad hispana, cuando de hecho son muchos los grupos étnicos que componen el grupo de los indocumentados.

Y lo más importante de todo es un dilema actual del pueblo estadounidense: se encuentra ante el conflicto de querer tener, al mismo tiempo, los beneficios del trabajo y el sudor de los indocumentados pero no les permite una vía a la ciudadanía por lo que han contribuido a nuestro bienestar y al país.

Este problema podría, por supuesto, ser corregido a través del procedimiento de una ley de reforma general de la inmigración.

Podría seguir adelante pero pienso que con estos ejemplos puede ver mi punto de vista.

–Usted ha señalado la oportunidad de la conferencia, dado que recae en un año de elecciones. El tema de la inmigración ha dividido al pueblo estadounidense. ¿Cuál es la importancia del tema de la inmigración para la elección presidencial del próximo noviembre?

–Young: Aunque algunos de los candidatos de las elecciones presidenciales de noviembre han tratado de enmascarar sus verdaderos sentimientos sobre el tema, al acercarse noviembre, la presión sobre ellos para que sean claros en este punto obligará a sacar a la luz la verdad.

Esto permitirá un debate real sobre esta materia, y especialmente sobre el tema de la reforma general de la inmigración. Pienso que el pueblo estadounidense buscará oír ambos aspectos del tema. El debate será caliente, pero es probable que no se apruebe ninguna ley hasta después de que sea elegido el nuevo presidente y tenga la suficiente confianza para mostrar su liderazgo real en este tema, en lugar de seguir lo que algunos podrían considerar ser la voz de la multitud en el momento.

Mientras tanto, hasta la elección de noviembre, los ciudadanos tendrán la oportunidad de dar a conocer sus puntos de vista a los candidatos. Esperamos que quienes asistan a la conferencia aprovechen el tiempo que tienen para dar a conocer sus puntos de vista a sus representantes en la cumbre.

–El tema de la inmigración en Estados Unidos se asocia a menudo principalmente con la creciente población hispana. Pero los ponentes en la conferencia darán una visión más amplia: un refugiado haitiano, un superviviente del genocidio de Ruanda, etc. ¿Por qué se da tanta atención justo a los inmigrantes mexicanos? ¿Hay un propósito mayor en este tema que la gente no ve?

Young: Hablé de ello antes pero diré de nuevo que los indocumentados cubren un amplio abanico de grupos étnicos. Lamentablemente, el problema está siendo ahora mirado por muchos como estrictamente hispano. En Estados Unidos, tenemos indocumentados de Europa, China, África, el subcontinente asiático la región en torno a India, Bangladesh, Pakistán y Sri Lanka], el Caribe y toda región que usted pueda nombrar.

Aunque la preponderancia de los indocumentados es de México y Latinoamérica, la demografía de los indocumentados es muy multiétnica.

–La conferencia «busca desarrollar y reforzar la capacidad de las diócesis y las parroquias de acoger y proporcionar hospitalidad a los recién llegados y a sus familias». ¿Cuáles son algunos de los obstáculos para hacer de esta actitud de bienvenida una realidad?

–Young: El mayor obstáculo es vencer actitudes arraigadas y desinformadas sobre los inmigrantes y su lugar en la sociedad. Una vez que la gente conoce y aprecia las aportaciones de los inmigrantes a la fuerza de Estados Unidos, se hacen más receptivos y acogedores. Es la vieja historia de tener miedo de lo que no se conoce.

Esto es especialmente verdad en el tipo de crisis económica que estamos actualmente experimentando en este país, aunque el problema salió a la superficie antes del actual revés económico.

Desde una perspectiva católica, una vez que los fieles estén mejor informados sobre la doctrina social católica, uno podría esperar que se harían más acogedores del extranjero. Después de todo, esto es parte de aquello en lo que consiste su fe. Lamentablemente, no hay bastantes hermanos católicos suficientemente fundamentados en estas enseñanzas, que están basadas en principios bíblicos y están todas encaminadas a abrir el corazón a las maravillas del amor de Dios.

Este es un mensaje muy sencillo pero que se pierde en las emociones de la discusión. Por esto tenemos programas tales como Justicia para los Inmigrantes, un programa que pretende cambiar las actitudes atrincheradas a nivel de tierra.

–Durante y después de su viaje a Estados Unidos, Benedicto XVI hizo referencia al papel de los hispanos en la Iglesia de Estados Unidos. Incluso dirigió algunas palabras en español durante su video mensaje a Estados Unidos antes del viaje. Desde su punto de vista, ¿qué significado tienen los mensajes del Papa para Estados Unidos? ¿A qué está invitando y animando a la Iglesia en Estados Unidos en materia de inmigración?

–Young: Sus mensajes fueron todos coherentes y fundamentados en la historia estadounidense y las enseñanzas bíblicas. Está diciendo a los estadounidenses: «No olvidéis vuestra historia en cómo acogéis y tratáis decente y amablemente a vuestros inmigrantes que estuvieron en los fundamentos sobre los que se construyó esta nación».

No sólo nos recordó estos hechos históricos y bíblicos sino que nos recordó nuestro deber de ser amables con ellos, como la nación lo fue en el pasado. Estaba siendo el buen pastor tratando de conducir a su rebaño y a la nación a que permanezca en la buena dirección.

Si estos simples recordatorios fueran seguidos hoy, este país no experimentaría la clase de confusión por la que está pasando actualmente tratando de salir a flote con un sistema de inmigración totalmente maltrecho.

Los estadounidenses obtenemos muchos, muchos beneficios del sudor y el duro trabajo de los inmigrantes y aceptamos los beneficios
derivados de su trabajo como ventajas dadas por Dios y parte de las bendiciones otorgadas a este gran país. Al mismo tiempo, sin embargo, no queremos dar a aquellos que tienen «deudas pagadas» a través de su trabajo y fatigas una vía a la ciudadanía. Esto sencillamente no es razonable o justo.

Finalmente, muchos estadounidenses reconocen que algo no está bien en nuestro sistema de inmigración pero no pueden articular en detalle cuáles son las razones por las que hay doce millones de indocumentados en el país. Saben que el sistema está maltrecho pero no saben por qué.

Por Kathleen Naab, traducido del inglés por Nieves San Martín

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación