CIUDAD DEL VATICANO, 13 junio 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que la familia está sometida hoy a «amenazas deshumanizantes» por lo que este viernes lanzó un llamamiento a gobernantes y legisladores a trabajar a favor de la célula fundamental de la sociedad.
De lo contrario, añadió, «se corre el riesgo de pagar un elevado coste social», que recaerá, en especial, sobre «las futuras generaciones, víctimas de una mentalidad nociva y confusa, así como de estilos de visa que no son dignos del hombre».
El pontífice presentó su análisis y propuesta al encontrarse con los participantes en el IV Congreso de los Presidente de las Comisiones Episcopales para la Familia y la Vida de Europa, convocado en Roma por el Consejo Pontificio para la Familia.
«Hoy la identidad propia de la familia está sometida a amenazas deshumanizantes», comenzó constatando en su discurso de respuesta al saludo que le había dirigido el cardenal Alfonso López Trujillo, presidente de ese Consejo vaticano.
«Están surgiendo por doquier en el mundo alternativas falaces que no reconocen a la familia como bien precioso y necesario para el tejido social», añadió.
Al mismo tiempo, constató, se están difundiendo «mentalidades favorables al divorcio, a la anticoncepción, y al aborto, negando de hecho el auténtico sentimiento de amor y atentando en definitiva contra la vida humana, al no reconocer el pleno derecho a la vida del ser humano».
Una de las raíces del problema, según el obispo de Roma, es la «preocupante fragilidad, que se hace cada vez más grande cuando no se está preparado para asumir las propias responsabilidades, en actitud de plena entrega recíproca y de auténtico amor».
A pesar de «los ataques contra la familia y la vida humana», el Papa constató con satisfacción que «son numerosas las familias que siguen siendo fieles, a pesar de las dificultades, a su vocación humana y cristiana».
Estas familias «reaccionan ante los ataques de una cierta cultura contemporánea hedonista y materialista y se van organizando para ofrecer juntas una respuesta llena de esperanza», como lo demuestra el crecimiento de «los movimientos a favor de la vida».
Por este motivo, el Santo Padre renovó su invitación «a los responsables de los pueblos y a los legisladores para que asuman plenamente su compromiso en defensa de la familia y favorezcan la cultura de la vida».
Como orientación, les invitó a aplicar la «Carta de los Derechos de la Familia», que la Santa Sede publicó hace veinte años. El texto de ese documento puede leerse en la sección de (Documentos de la página web de Zenit).
