MÉXICO, jueves, 10 enero 2008 (ZENIT.org–El Observador).- Ante la entrada en vigor, el pasado 1 de enero, del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), mediante el cual los productos agrícolas y pecuarios de Canadá y Estados Unidos ya no tienen aranceles para incursionar en México, la Iglesia católica en México ha comenzado a proponer soluciones que fortalezcan a los campesinos de este país, la mayor parte de ellos muy pobre.
En concreto, se ha anunciado que la Iglesia católica va a empezar a promover espacios de comercio justo en las parroquias, para lograr venta directa de productos agropecuarios y evitar, así, la pérdida de empleos en un sector que no puede competir contra los agricultores norteamericanos y canadienses, cuyas actividades son altamente subsidiadas por sus respectivos gobiernos.
Lo anterior fue anunciado por el obispo auxiliar de Monterrey y titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, dependiente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, monseñor Gustavo Rodríguez, quien explicó que las acciones de apoyo al campo se harán mediante el reforzamiento de la campaña «Solidaridad por un comercio justo y un consumo responsable», que desde hace tiempo viene promoviendo este organismo.
La campaña –dijo monseñor Rodríguez– se desarrollará en diferentes comunidades parroquiales del país y en ellas se ofrecerán espacios para una venta más directa y justa entre los productores y los consumidores agropecuarios.
«La desgravación de impuestos en importación de fríjol, azúcar, leche en polvo y maíz blanco en el rubro agropecuario es también causa de preocupación de la jerarquía católica que centra su atención en los campesinos pobres e indígenas», destacó el obispo auxiliar de Monterrey.
La Iglesia en México se encuentra preparando un documento en el cual fijará su postura sobre la defensa de los campesinos pobres y de los indígenas y sobre los aspectos negativos, tanto como los positivos, del TLCAN.
Cabe destacar que ha habido movilizaciones en todo el país por parte de organismos campesinos y partidos políticos de oposición, al tiempo que se ha anunciado una gran marcha en contra del capítulo agropecuario del TLCAN el próximo 31 de enero.
