La Iglesia propone a los hindúes una alianza en defensa de toda vida humana

Mensaje del cardenal Arinze con motivo de la fiesta del Diwali

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CIUDAD DEL VATICANO, 29 octubre 2002 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha hecho público este martes un mensaje dirigido a los hindúes con motivo de una de sus fiestas más importantes para proponerles una alianza en defensa de la vida, amenazada hoy en particular por las manipulaciones tecnológicas.

El llamamiento ha sido lanzado por el cardenal Francis Arinze, hasta ahora presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, en vísperas del Diwali, fiesta de las lámparas que la mayoría de los hindúes celebrarán el 4 de noviembre.

Según la tradición, la fiesta, que dura tres días, representa la victoria de la verdad sobre la mentira, de la luz sobre las tinieblas, y marca el inicio de un nuevo año.

Con motivo del «Diwali», el purpurado, que acaba de ser nombrado nuevo prefecto de la Congregación vaticana para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, hace una pregunta a los hindúes de todo el mundo: «las fiestas religiosas, ¿no son también en primer lugar expresiones del deseo de los seres humanos de vencer las tinieblas con la luz, el mal con el bien, la mentira con la verdad y la muerte con la vida?».

El purpurado nigeriano constata de este modo el aprecio por la vida que sienten tanto los católicos como los hindúes.

«El misterio de la vida –desde el momento de su concepción a través de todos los estadios después del nacimiento del niño–, es acompañado en la tradición hindú por oraciones y ritos –recuerda–. Nosotros, los cristianos, atribuimos un valor particular a la vida humana, pues la Biblia nos enseña que la persona humana es creada a imagen y semejanza de Dios».

«Este don de Dios ha sido sellado por la sangre que Cristo ha derramado a causa de su amor por todo ser humano. Por ello, todo individuo es precioso ante los ojos de Dios», añadió explicando la visión cristiana de la vida.

«La tecnología en nuestros días ha realizado grandes progresos –constata–. La vida se hecho quizá más segura, sencilla y larga. Pero, ¿cómo podemos responder a las siguientes preguntas?: la tecnología, ¿ha ayudado a mejorar la calidad de la vida humana? La tecnología, ¿nos ha ayudado a valorar la vida humana?»

«Con el progreso de la tecnología –responde Arinze–, la vida parece estar paradójicamente más amenazada que antes».

«La moderna ciencia genética se ha convertido en un instrumento en las manos del hombre –añade–. Puede usarla o abusar de ella. El hombre, que siente en ocasiones la tentación de convertirse en un manipulador de la vida o incluso en un agente de muerte, necesita redescubrir su papel fundamental en la creación».

El cardenal recuerda en su misiva la Jornada de oración de líderes religiosos por la paz, convocada por Juan Pablo II en Asís el pasado 24 de enero (tras los atentados del 11 de septiembre), en la que los participantes escucharon el testimonio de la representante hindú, que describió el encuentro como «un signo de la familia humana bajo la paternidad de Dios («Vasudhaiva Kutumbakam»)».

En la conclusión de aquella Jornada, recuerda Arinze, todos los líderes religiosos presentes se comprometieron conjuntamente a trabajar «a favor de la promoción de cada una de las vidas humanas y de toda la vida humana».

El cardenal concluye poniendo las bases para que su propuesta tenga un futuro: «Sólo en la medida en que estas consideraciones éticas y religiosas prevalezcan en la sociedad entera, podemos esperar que el principio del respeto de la vida se conservará en las actitudes y en las leyes de la sociedad».

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ZENIT Staff

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