Monseñor Joseph Ngô Quang Kiêt de vuelta en Hanoi

Tras una estancia médica en Roma

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HANOI, miércoles 14 de abril de 2010 (ZENIT.org).- Tras pasar una temporada de más de un mes en Roma, donde recibió tratamiento médico, el arzobispo de Hanoi, monseñor Joseph Ngô Qiang Kiêt, se encuentra ya en su diócesis desde el 9 de abril, informó Eglises d’Asie, la agencia de las Misiones Extranjeras de París (MEP).

Un comunicado publicado en la web de la arquidiócesis de Hanoi anunció su llegada al aeropuerto internacional de Nôi Bai a las ocho de la mañana del viernes pasado.

Un grupo de sacerdotes del arzobispado, del gran seminario y de la parroquia de la catedral fueron a darle la bienvenida.

Antes de volver al país, el arzobispo tuvo una breve estancia en París, donde declaró que había recobrado las fuerzas y se estaba curando.

Al partir de Hanoi a Roma, el pasado 4 de marzo, había anunciado que su ausencia duraría dos meses, pero ha sido mucho más breve.

Los días anteriores a su vuelta coincidieron con el inicio de los trabajos de la asamblea de la Conferencia episcopal.

Sobre él, habían circulado los rumores más extravagantes. Se hablaba de supuestas negociaciones en curso entre la Conferencia episcopal de Vietnam y las autoridades civiles sobre la dimisión del arzobispo y su sustitución en el arzobispado de Hanoi. Esta información no había recibido ninguna confirmación.

Los mismos obispos, que aparecen diariamente para informar detalladamente sobre los trabajos de la jornada, no habían hecho ninguna alusión a este tipo de tratos.

Al acoger a los obispos al inicio de la asamblea, el presidente de la Conferencia sólo encomendó la salud del arzobispo de Hanoi a las oraciones de los obispos.

Hasta ahora, la web del arzobispado de Hanoi sólo ha anunciado su llegada, sin añadir más comentarios. Es probable que en las próximas horas, el propio arzobispo informe sobre su situación actual.

La función realizada por el arzobispo, desde el caso de la Delegación apostólica, a partir de diciembre de 2007, junto al de la parroquia de Thai Ha y todavía, más recientemente, en la destrucción por la policía de la cruz de Dong Chiêm, le ha provocado una tensión constante, que parece que ha debilitado sus fuerzas y le ha causado repetidas noches de insomnio.

Ya en su estancia en Roma el pasado mes de junio para la visita ad Limina, se lo comunicó a los responsables romanos. También se lo confió a su clero, dejando aparecer dudas sobre su futuro.

Varios días en el monasterio cisterciense de Châu Son, no lejos de Hanoi, no le permitieron recobrar el buen estado de salud, aunque pudo llevar a cabo su misión para la inauguración del Año santo.

Finalmente, tuvo que aceptar la invitación del Consejo Pontificio Cor Unum y de la Congregación para la Evagelización de los pueblos a ir a Roma a someterse a un tratamiento médico apropiado.

La población y el clero católico de la capital, que están muy vinculados a la persona de su arzobispo, no han estado despreocupados por los rumores permanentes sobre las presiones del Gobierno para que dimitiera y fuera reemplazado por otro prelado vietnamita, incluso con nombres de posibles sustitutos.

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ZENIT Staff

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