Santa Sede: Cristo sólo fundó una Iglesia

«Nota» vaticana para aclarar la expresión «Iglesias hermanas»

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CIUDAD DEL VATICANO, 3 nov (ZENIT.org).- La Congregación para la Doctrina de la Fe ha aclarado que la expresión «Iglesias hermanas» puede ser utilizada «en sentido propio» «exclusivamente para aquellas comunidades eclesiales que han conservado el episcopado válido y la Eucaristía válida».

Para aclarar los términos y dar más eficacia al diálogo ecuménico con las demás confesiones cristianas, el organismo vaticano, presidido por el cardenal Joseph Ratzinger, ha escrito una «Nota» aclaratoria sobre la expresión «Iglesias hermanas». El texto, acompañado por una carta, ha sido enviado a las congregaciones, consejos y otras organizaciones de la Curia Romana, a los presidentes de las Conferencias Episcopales y a los Sínodos orientales.

La «Nota», que lleva la fecha del 30 de junio y que fue publicada el 28 de octubre pasado por la edición italiana del diario oficioso de la Santa Sede, «L´Osservatore Romano», considera que la expresión «Iglesias hermanas» se ha convertido en el diálogo ecuménico en la denominación común «para expresar el lazo objetivo que existe entre la Iglesia de Roma y las Iglesias ortodoxas».

Ahora bien, la Congregación para la Doctrina de la Fe alerta ante el error de creer que la expresión de «Iglesias hermanas» implica «que en la realidad no existiría la única Iglesia de Cristo». Se trata de una aclaración que también hacía este organismo vaticano en el número 17 de la Declaración «Dominus Iesus».

«Existe una única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él –indicaba el documento, publicado el 5 de septiembre pasado–. Las Iglesias que no están en perfecta comunión con la Iglesia católica pero se mantienen unidas a ella por medio de vínculos estrechísimos como la sucesión apostólica y la Eucaristía válidamente consagrada, son verdaderas iglesias particulares».

Por este motivo, la «Nota» vaticana aclara que en el sentido propio de la palabra la expresión «Iglesias hermanas» no es precisa cuando se refiere a «la relación de la Iglesia católica por una parte y la Comunión anglicana y las Comunidades eclesiales no católicas por otra».

Algo que también se aclaraba en el mismo número de la «Dominus Iesus», que decía, «las Comunidades eclesiales que no han conservado el Episcopado válido y la genuina e íntegra sustancia del misterio eucarístico, no son Iglesia en sentido propio; sin embargo, los bautizados en estas Comunidades, por el Bautismo han sido incorporados a Cristo y, por lo tanto, están en una cierta comunión, si bien imperfecta, con la Iglesia».

La «Nota», según explica el cardenal Ratzinger en la carta aclaratoria que la acompaña, «ha sido aprobada por el Santo Padre Juan Pablo II en la audiencia del 9 de junio de 2000» y sus indicaciones han de ser consideradas como «autorizadas y vinculantes».

Según aclara la «Nota», «Iglesias hermanas son exclusivamente las Iglesias particulares (o agrupaciones de Iglesias particulares: por ejemplo, los patriarcados y las metrópolis)».

«Debe quedar siempre claro cuando la expresión «Iglesias hermanas» es usada en este sentido propio –aclara el documento–, que la Iglesia universal, una, santa, católica y apostólica, no es hermana, sino madre de todas las Iglesias particulares».

En este contexto, se puede hablar de «Iglesias hermanas», cuando nos referimos «a Iglesias particulares católicas o no católica» –explica la Congregación para la Doctrina de la Fe. «Por tanto la Iglesia particular de Roma también puede ser llamada hermana de todas las Iglesias particulares».

Ahora bien, «no se puede decir propiamente que la Iglesia católica sea hermana de una Iglesia particular o de un grupo de Iglesias –continúa aclarando la «Nota» vaticana–. No se trata sólo de una cuestión de terminología, sino sobre todo de respetar una verdad fundamental de la fe católica; es decir, el carácter único de la Iglesia de Jesucristo. Existe, de hecho, una única Iglesia, y por ello el plural Iglesias se puede referir sólo a las Iglesias particulares».

La Santa Sede pide, en conclusión, que se eviten expresiones que dan pie a malentendidos, como por ejemplo, fórmulas como «nuestras dos Iglesias», pues insinúan la posibilidad de que Cristo haya creado varias Iglesias.

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ZENIT Staff

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