Un biblista redescubre la actualidad de San Pablo

Entrevista a Salvador Carrillo A., M.Sp.S.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ROMA, miércoles, 12 marzo 2008 (ZENIT.org).- Se acerca el Año de San Pablo y proliferan libros y comentarios sobre la vida de este apóstol. Uno de ellos se centra en reconstruir la vida de este santo y la ha escrito el padre Salvador Carrillo Alday, M.Sp.S (Misionero del Espíritu Santo), miembro de la Federación Bíblica Católica.

El biblista reconoce a Zenit que el mayor bien que puede salir del Año de San Pablo será constatar que lo que escribió el apóstol de los gentiles «no son escritos fríos de un pasado sin alma, sino testimonios ardientes y llenos de vida».

El padre Alday ha publicado en español «Pablo, apóstol de Cristo. Su vida y sus epístolas», en la editorial Verbo Divino (www.verbodivino.es).

Fundador del Instituto de Pastoral Bíblica en México DF  y ex director de la Sección Bíblica del Instituto Teológico Pastoral del CELAM (www.celam.org), el Consejo Episcopal Latinoamericano, el padre Carrillo es doctor en Sagrada Escritura y estudió en Roma y en la École Biblique de Jerusalén.

–¿La documentación que se posee de Pablo permite reconstruir la vida del llamado apóstol de los gentiles?

–P. Carrillo: Escribir una vida crítica de Pablo, con precisión en todas sus circunstancias históricas, es una tarea imposible.

La documentación que poseemos –epístolas de Pablo y Hechos de los Apóstoles de Lucas– es fragmentaria; por tanto, se abre un espacio amplio para diversas suposiciones o hipótesis, tanto en la secuencia de los acontecimientos, en la elección de las fechas y en la autenticidad de sus epístolas; esta realidad fácilmente se puede constatar leyendo a diferentes comentadores.

Sin embargo, de las dos fuentes que poseemos, surge una imagen vigorosa del gran apóstol de los gentiles.

Sus epístolas nos hacen conocer, más aún, tocar en vivo al apóstol, con su carácter y temperamento, su vigor y su dinamismo, sus geniales intuiciones doctrinales y, sobre todo, la profundidad de su vida espiritual, centrada en Cristo Jesús, que lo encontró en el camino de Damasco.

Pablo dejó plasmado el recuerdo de ese encuentro que le cambió diametralmente su vida, en la expresión lapidaria: «Me amó y se entregó por mí» (Gál 2,19).

–¿Qué sabemos de su vida, su familia, su estado de vida?

–P. Carrillo: Poco sabemos de la familia de Pablo. Sus padres eran judíos palestineses,  que tuvieron que emigrar de su tierra para refugiarse en Tarso de Cilicia, donde encontraron una manera confortable de vivir.

Sobre la vida del apóstol, se puede conocer mucho, sobre todo con una lectura escrutadora de sus cartas, llenas de vida y sembradas de detalles.

De su  vida, conocemos la trama general como brota de los Hechos de los Apóstoles; y sus cartas nos ilustran sobre las peripecias de sus correrías apostólicas, lo que tuvo que sufrir, y sus sentimientos íntimos anteriores a su muerte.

Sobre su estado de vida, es muy difícil, por no decir imposible, llegar a una certidumbre total. Pablo aparece fácilmente como soltero y célibe; más difícilmente se le puede imaginar casado y prematuramente viudo.

–¿Qué quiere decir que la misión de Pablo todavía no ha terminado?

–P. Carrillo: La misión de Pablo, en un sentido común y corriente, terminó con su muerte;  pero, al haber sido tomado por el Espíritu Santo como instrumento para escribir, con inspiración divina, el tesoro de sus Epístolas, continúa y continuará siendo siempre el apóstol de los gentiles y el maestro de la fe en Cristo.

–Pablo, «evangelizado» y «evangelizador», ¿representa la figura ideal del cristiano?

–P. Carrillo: Pablo fue evangelizado, sobre todo por Jesús mismo, el día de su conversión en los días de Damasco y en otros momentos cruciales de su vida.

Debió también aprender muchas cosas acerca de la vida terrestre de Jesús, de labios de los primeros cristianos, particularmente de Pedro, Juan y Santiago de Jerusalén.

Pero luego, el Espíritu Santo lo ungió y transformó en un grande evangelizador, que llevó el testimonio de Jesús hasta los confines de la tierra.

En este sentido, Pablo puede ser en la actualidad un modelo para todo evangelizador, con tal de que éste conozca el núcleo central de la proclamación que el apóstol comunicaba con amor y con pasión, escrutando lo que bullía en su mente y meditaba en su corazón.

–¿Qué significará el Año de San Pablo para los cristianos?

–P. Carrillo: El Año de San Pablo puede ser muy provechoso y enriquecedor para todo evangelizador en la Iglesia, y para todos los cristianos en general.

Durante este año, aparecerá seguramente mucha literatura acerca del apóstol Pablo, y será muy útil; pero hay que enfatizar que el fruto mejor que se podrá recoger de este año será la lectura, el estudio, la penetración, la contemplación, y sobre todo, la vivencia de todo cuanto leamos directamente en las Epístolas del apóstol de los gentiles, que no son escritos fríos de un pasado sin alma, sino testimonios ardientes y llenos de vida, que invitan inclusive a la más elevada transformación en Cristo, en los días del mundo de hoy.

Por Miriam Díez i Bosch

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación