JOHANNESBURGO, 3 septiembre 2002 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha pedido en la Cumbre para el Desarrollo Sostenible que se celebra en Johannesburgo que la ONU deje de ser una fría institución burocrática para convertirse en un «centro moral» en el que no se dé el dominio de los fuertes.
«Es necesario que la Organización de las Naciones Unidas se eleve cada vez más de la fría condición de institución de tipo administrativo a la de centro moral, en el que todas las naciones del mundo se sientan como en su casa», afirmó este lunes ante la conferencia el arzobispo Renato Martino, jefe de la delegación vaticana.
El representante del Santo Padre explicó al intervenir en la Cumbre –que tiene lugar del 26 de agosto al 4 de septiembre– que para alcanzar este objetivo es necesario desarrollar una «conciencia común de ser, por así decir, una «familia de naciones»».
«En una auténtica familia no existe el dominio de los fuertes –insistió–; al contrario, los miembros más débiles son, precisamente por su debilidad, doblemente acogidos y ayudados».
«En nuestro mundo interdependiente y globalizado –concluyó–, este espíritu de «familia» debe ser fomentado, si se quieren alcanzar las metas e ideas del desarrollo sostenible».
El observador permanente de la Santa Sede ante la ONU basó su propuesta en el discurso que pronunció Juan Pablo II el 5 de octubre de 1995 ante la asamblea general de las Naciones Unidas reunida en Nueva York.
