LONDRES, 19 sep (ZENIT.org).- Siete cristianos han sido ejecutados por su fe en Corea del Norte, según informa la agencia Compass. Se trata de hombres con edades comprendidas entre los 15 y los 58 años, que fueron ejecutados en abril. Las circunstancias que rodearon estas muertes no han sido reveladas y sólo ahora se ha tenido conocimiento de la noticia gracias a fuentes procedentes de China.
Corea del Norte, un estado con un régimen fanáticamente comunista, sigue acosando a quienes profesan una creencia religiosa. El Informe Anual del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre Libertad Religiosa indica que existen informaciones no confirmadas de 23 cristianos ejecutados entre octubre de 1999 y abril de 2000.
Algunas fuentes indican que algunos cristianos fueron acorralados y ejecutados antes de que tuviera lugar la cumbre entre las dos Coreas, el pasado mes de junio. Aunque hay iglesias abiertas en Corea del Norte, la creencia religiosa no se tolera en este estado de 20 millones de personas.
Según un observador radicado en Seúl, «se trata de un tema de control. El régimen espera lealtad total y cuando la gente cree en Dios a espaldas del Gobierno, se considera que es la más profunda forma de deslealtad».
En el informe del Departamento de Estado, se dan detalles escalofriantes sobre cómo los prisioneros por motivos de religión son tratados mucho peor que el resto de los encarcelados. Un ex guardia de prisión testificó que «los que creen en Dios son vistos como locos». Contó un incidente en el que una mujer fue cruelmente golpeada por el hecho de rezar por un niño que estaba siendo objeto de abusos en la prisión.
Compass revela el testimonio de un miembro de Partido Comunista de 28 años al que se le ordenó ejecutar a tres cristianos. Se quedó con uno de los libros de los condenados y más tarde se lo mostró a su madre. Ella parecía horrorizada y lloraba amargamente. Cuando el le contó lo que había sucedido, ella gritó: «Has matado a tres hermanos de mi mejor hermano». Confundido, el hijo preguntó: «¿He matado a tus parientes?». Ella contestó: «Mi hermano es Jesucristo y tu has matado a tres de sus seguidores». El libro era una Biblia. La historia sirve para comprender que incluso las madres cristianas en Corea del Norte tienen miedo de compartir su fe con sus hijos.
Por el momento no se han podido confirmar las informaciones de Compass sobre estas ejecuciones, a causa de la naturaleza cerrada de la sociedad de Corea del Norte. Los informes proceden de refugiados norcoeranos refugiados en China. Algunos cristianos han huido a China y reclaman asilo, basándose en la persecución religiosa que sufren. Los funcionarios del Gobierno chino casi nunca les permiten apelar al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, a pesar de que tienen obligación legal de hacerlo. A muchos de estos refugiados se les obliga a volver a Corea del Norte. Se estima que el número de norcoreanos refugiados en China podría ser superior a los 100.000, pero no se sabe con certeza cuántos de ellos son cristianos.
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Sep 19, 2000 00:00