ROMA (Redacción central), 4 nov (ZENIT.org).- Uno de los temas más debatidos
en las elecciones que se celebrarán el próximo 7 de noviembre, en Estados
Unidos, es sin duda la política educativa. Como indicaba el «New York Times»
(10 octubre), además de escoger al próximo inquilino de la Casa Blanca,
cuando acudan a las urnas, los votantes tendrán que pronunciarse en
referéndum sobre un número récord de cuestiones educativas: oferta de
cheques a los padres para que puedan escoger entre la escuela privada o
pública, el cierre de las clases bilingües, el pago a los profesores según
los resultados de los estudiantes, la eliminación de cualquier mención de la
homosexualidad en las clases.
De un total de las 32 cuestiones que serán sometidas a referéndum el próximo
martes, 11 han sido promovidas por la iniciativa popular. El hecho de que
los ciudadanos se hayan gastado millones de dólares reuniendo firmas para
sacar adelante 11 de estas cuestiones en los comicios estatales, refleja la
frustración de los padres respecto a los resultados de la escuela pública.
Quizás la más importante de estas propuestas se refiere al cheque escolar.
La propuesta prevé que el Estado entregue a las familias unos cheques o
«vales» que pueden ser utilizados para cubrir el coste de la escuela, ya sea
pública o a la privada, según su parecer. En lo que será un gran test sobre
el movimiento en favor del cheque, los votantes en California y Michigan
decidirán si quieren que sus estados usen los fondos públicos para
reembolsar a los padres al menos parte de la los gastos de enseñanza que
pagan a escuelas parroquiales y privadas.
El referéndum de California, la proposición 38, estaría abierta a todos los
6,5 millones de estudiantes de escuelas públicas y privadas hasta el 2005,
lo que significaría la iniciativa más ambiciosa en este sentido en toda la
nación. Ofrece a todos los padres una beca de 4.000 dólares que puede ser
usada tanto en la escuela pública como en la privada.
En cambio, la Propuesta 1 de Michigan permitirá a unos 300.000 estudiantes,
que viven bloqueados en escuelas públicas deficientes, elegir a su gusto
entre la escuela pública, privada o religiosa.
Mientras tanto, en Arizona los votantes se pronunciarán sobre una medida,
similar a la ya aprobada en California en 1998, por la que se eliminaría la
educación bilingüe y obligaría a los nativos hispanohablantes a seguir
cursos intensivos de un año en inglés. En Oregón, sin embargo, la cuestión a
aprobación popular prevé la posibilidad de declarar ilegal la instrucción
que «anima, promueve o sanciona» cualquier «conducta relacionada con la
homosexualidad o bisexualidad». Además, se decidirá si el pago de los
profesores debe estar ligado a los resultados de los estudiantes.
El debate sobre los cheques escolares
Según los sondeos publicados en «Los Angeles Times» (26 octubre), las
perspectivas de aprobación popular del cheque escolar en California no son
buenas. Dos tercios de los posibles votantes consultados dijeron que piensan
votar contra la Proposición 38. Mientras que solamente el 27% dijo que la
apoyaría. El 7% estaba indeciso.
El diario explicaba que la iniciativa del cheque está siendo promovida como
un modo de ayudar a los hijos a escapar de las escuelas deficientes y a usar
el estímulo de la competencia para forzar la superación en las escuelas
públicas. Sin embargo, la idea ha sido criticada incluso por algunos
promotores del cheque escolar porque no discrimina sobre la base de la
necesidad o la calidad de la escuela. Incluso estudiantes de familias
acomodadas, que ya asisten a escuelas privadas, podrían obtenerlo.
Según un reportaje de «Associated Press» (27 octubre) la oposición a esta
iniciativa, liderados por el gobernador demócrata Gray Davis, dicen que la
iniciativa es demasiado cara, pues se darán unos tres mil millones de
dólares a estudiantes que ya están en escuelas privadas. Los críticos dicen
también que la propuesta daría a las escuelas privadas la opción real de
rechazar a los chicos pobres o que tienen problemas académicos o de
conducta.
Entre los más acérrimos opositores a los cheques escolares se encuentran los
sindicatos de profesores. El mayor sindicato de profesores del país, la
«National Education Association», votó este verano a favor de imponer un
plus de tres dólares en las cuotas de los miembros, únicamente para
responder a estas iniciativas electorales. El esfuerzo ha alcanzado los 5
millones de dólares.
Un debate que rompe las líneas tradicionales de los partidos
Un aspecto interesante del debate sobre el cheque escolar es que, aunque
haya sido un tema promovido por los republicanos, muchos de su más fuertes
partidarios vienen de grupos que tradicionalmente apoyaban a los demócratas:
negros e hispanos. El sondeo antes mencionado revela que hay más latinos que
«blancos» a favor de los cheques, 40% contra 26%. Esto podría reflejar su
gran insatisfacción con las escuelas públicas. El 72% de los hispanos asiste
a escuelas públicas comparado con el 49% de los «blancos».
El «New York Times» (9 octubre) indicaba que, aunque hay organizaciones de
afroamericanos entre los líderes de la oposición a los cheques escolares,
argumentando que estos podrían diezmar el sistema escolar público, políticos
negros y líderes comunitarios están dando su apoyo de manera creciente al
movimiento en favor del cheque.
El «New York Times» citaba a Omar Wasow, de 29 años, director ejecutivo de
«blackplanet.com», un sitio de la página web para afroamericanos, que dice
ver la elección escolar como una directa derivación de «Brown v. the Board
of Education», la decisión del Tribunal Supremo que, en 1954, eliminó la
segregación de las escuelas públicas.
Wasow afirmaba que «la lucha de liberación negra se ha basado
fundamentalmente en tratar de producir una sociedad donde los individuos
negros tuvieran más libertad y acción que los estadounidenses blancos. En la
medida en que los negros están atrapados en escuelas públicas
deficientes, nunca lograrán la dignidad y el poder que ha sido la causa
central de la lucha de liberación negra durante más de 200 años».
Un informe de 1999 del Centro Conjunto de Estudios Políticos y Económicos
indica que el 60% de los afroamericanos son favorables a los cheques,
comparado con el 53% del conjunto de la población. El apoyo sube al 72%
entre los negros que ganan menos de 15.000 dólares al año.
Pero no son sólo las minorías las que se están moviendo a favor de los
cheques. Esta semana un editorial del «Washington Post» (1 noviembre) daba
su apoyo cualificado al referéndum. Aunque el diario tiene algunas reservas,
éstas son superadas por los defectos en el sistema escolar público, plagado
de «riesgos que son bien conocidos, cuantificables y persistentes durante
décadas»
Reacción católica
Las reacciones de los obispos católicos a las propuestas del cheque han sido
variadas. Según un artículo en el «National Catholic Register» (29
octubrer), en California la Conferencia Católica no ha tomado posición sobre
la propuesta de voto. Los obispos de California, sin embargo, emitieron una
declaración el pasado verano advirtiendo de que, aunque ellos apoyan los
cheques en principio, la actual proposición «no refleja nuestro constante
compromiso por servir a los pobres en nuestro medio» porque no está dirigida
a los niños empobrecidos que asisten a escuelas de baja calidad o que
necesitan servicios especiales.
«Por otra parte –añaden los obispos– si la Proposición 3
8 fuera aprobada,
podríamos considerarla como un paso hacia el apoyo al derecho de los padres
a escoger la educación que se adapta mejor a las necesidades de sus hijos».
Por lo que se refiere a Michigan, el «Register» subraya que la Conferencia
Católica de Michigan apoya con fuerza la propuesta del cheque, pues podría
revocar al mismo tiempo una enmienda de la constitución estatal del siglo
XIX, que prohibe dar dinero público a escuelas privadas religiosas.
Originalmente la enmienda tenía como objetivo las escuelas católicas en
particular.
El cardenal Adam Maida de Detroit empezó personalmente una campaña en
primavera para llamar a los votantes y pedirles que apoyaran la propuesta
del cheque. A lo largo del Estado ha habido sacerdotes que han dedicado las
homilías del domingo a apoyar los cheques.
Aunque el referéndum en Michigan y California no tenga éxito, el viento
corre a favor del movimiento que está a favor del cheque. Esta es al menos
la opinión de Nina Shokraii Rees, una experimentada analista de política
educativa en la Fundación Heritage. En un artículo publicado en el
«Washington Times» (23 octubre), Rees cita al Tribunal de Apelación del
Distrito 1 del estado de Florida que, a principios de octubre, sostenía el
carácter constitucional del programa estatal «oportunidad de becas», que
permite a los chicos en escuelas con deficiencias cróncias asistir a mejores
escuelas públicas, privadas o religiosas, a su elección. Pronunciándose
unánimemente, el tribunal indica que «nada en [la Constitución] prohíbe
claramente permitir
el adecuado uso de fondos públicos para la educación en escuelas privadas».
Además, la decisión de Florida va en la misma línea de una sentencia del
Tribunal Supremo de Estados Unidos que indica que la financiación federal de
ordenadores y otros materiales para estudiantes que asisten a escuelas
religiosas es constitucional.
Los candidatos prometen más fondos para educación
Cheques aparte, el desánimo general por lo que se refiere a las escuelas
públicas ha llevado tanto a George Bush como a Al Gore a prometer más dinero
para educación. Según indicaba el «Wall Street Journal» (6 octubre), ambos
están prometiendo nuevos gastos en programas post-escolares, nuevas
escuelas, capacitación de profesores y revisión de las escuelas deficientes.
El plan del vicepresidente Gore podría costar mucho más: propone 115.000
millones de dólares en inversión en nuevas escuelas, más otros 55.000
millones en reducciones de impuestos y créditos a diez años.
El gobernador Bush gastaría solamente 25.000 millones de dólares en cinco
años. Pero un quinto de los nuevos gastos de Bush se destinarían a enseñar a
leer a niños pobres. Las becas escolares ocupan el segundo lugar en la
agenda educativa de Bush. Es más del doble de lo que el gobernador gastaría
en cualquier otro programa nuevo para chicos de la escuela elemental y
bachillerato.
Cualquiera que sea el resultado del voto del próximo martes parece que la
educación se beneficiará de una mayor atención y financiación. A pesar de
que siga originando diferencias de opinión sobre cómo se deben gastar los
fondos.
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