CIUDAD DE MEXICO, 14 nov (ZENIT.org).- El director del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc), Manuel Gómez Granados, ha denunciado la visión excesivamente política con que los medios de comunicación del país siguen la actual asamblea del episcopado.
Con motivo de la asamblea del episcopado, inaugurada el pasado 13 de noviembre, y de la que saldrá el próximo presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana, Gómez Granados denuncia, en declaraciones a la agencia de la Santa Sede Fides, «informaciones tendenciosas» sobre presuntas divisiones dentro de la Iglesia.
«El más elemental respeto del derecho a la libertad religiosa –ataca Gómez– exige una información verdadera y profesional a la hora de divulgar las noticias. En lugar de un agradecimiento sincero por lo que han hecho hasta ahora la Iglesia y el episcopado, se ofrece una imagen de batalla campal que no tiene nada que ver con la verdad».
Según los medios de comunicación, citados por la agencia Fides, los obispos estarían divididos en dos frentes contrapuestos. Por una parte, el «Club de Roma», del que formarían parte el arzobispo Girolamo Prigione, ex nuncio apostólico en México, el arzobispo Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios, los cardenales Norberto Rivera de México y Juan Sandoval de Guadalajara y otros obispos. El «Club de Roma» sería seguidor de la «línea vaticana», cercana al Partido Revolucionario Institucional.
En el frente opuesto, se encontraría el «Club de Ginebra», del que formaría parte un purpurado más importante aún del Vaticano el cardenal Roger Etchegaray, presidente del Comité vaticano para el gran Jubileo y el arzobispo Justo Mullor, ex nuncio apostólico en México, así como el arzobispo Luis Morales (actual presidente de la Conferencia Episcopal), y los obispos Samuel Ruiz (ex obispo de San Cristóbal de las Casas) y Abelardo Alvarado (secretario general de la Conferencia Episcopal). Sin explica cómo es posible que cuente entre sus filas con altísimos representantes de la Santa Sede, los medios de comunicación afirman que este grupo seguiría la «línea nacionalista» contraria a Roma y apoyaría al Partido de Acción Nacional (PAN).
Esta maniobra mediática, según el director del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, no es más que un ataque de los medios con el intento de desacreditar a la Iglesia, mostrándola como una asociación que busca «interés, poder y prestigio».
En el debate, los medios han implicado al nuevo presidente, Vicente Fox, católico, el primer mandatario mexicano que después de 70 años no procede de las filas del PRI.
Ha surgido así dos bandos, explica Fides. Por una parte están los que apoyan la «política católica» y que piden la firma de un nuevo concordato entre el Estado y la Iglesia, la enseñanza de la religión en las escuelas públicas y privadas; la posibilidad de que los medios de comunicación puedan transmitir programas religiosos…
Del otro lado del cuadrilátero, los medios de comunicación, según explica la agencia misionera vaticana, presentan a quienes abogan por el «compromiso de los católicos» que apoyan más bien la tesis de que la política no debería ocuparse de cuestiones propiamente eclesiales, sino dedicarse a la promoción de los derechos humanos, aspirando a una ética civil o laica en la que cada uno pueda reconocerse.
Según declara Gómez, experto en Doctrina Social de la Iglesia, «existen razones a favor de uno y del otro». Lo importante es considerar la política como un ámbito de trabajo abierto a los cristianos, algo que hasta hace poco tiempo no se daba.