VARSOVIA, 30 nov (ZENIT.org).- Con el restablecimiento de la libertad de la Iglesia católica en los países de Europa del Este, las iniciativas de ayuda y solidaridad cristiana están experimentando un crecimiento exponencial. Lo ha constatado la visita del arzobispo Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum», realizada hoy a la Conferencia Episcopal de Polonia.
En este país, la Caritas cuenta con cincuenta mil voluntarios comprometidos en la asistencia de las personas sin techo, familias en dificultad, recuperación de dependientes del alcohol y la droga, etc.
Este volcán de iniciativas ha llevado a la Iglesia de Polonia a asumir métodos de organización aplicados por la Iglesia católica en los países de Europa occidental y Estados Unidos. En este contexto, por ejemplo, Varsovia se convirtió en la sede, en septiembre de 1999, del encuentro de todas las Cáritas de Europa.
Al mismo tiempo las Iglesias del Este de Europa están aportando un nuevo dinamismo a la acción de ayuda de la Iglesia, animadas por la cercanía a los valores evangélicos y a la identidad cristiana que desarrollaron en tiempos de persecución.
En este sentido, monseñor Cordes ha constatado con los obispos polacos que las tres funciones principales de la Iglesia son el martirio, la liturgia y el servicio («diakonía»). «Ninguna función puede estar separada de las otras sin causar daños a las otras dos o sin provocar atrofia», ha explicado.
Esto es precisamente lo que diferencia la Cáritas y las otras organizaciones católicas de este sector de las instituciones filantrópicas y humanitarias, constató el prelado.
El 6 de diciembre, monseñor Cordes también visitará la Conferencia Episcopal de Hungría, donde analizará con los obispos los desafíos y esperanzas que afronta la Iglesia católica en ese país en su labor de promoción integral de la persona humana.