JERUSALÉN, 10 enero 2001 (ZENIT.org).- Los dominicos de la École Biblique Archéologique se preparan para afrontar una nueva empresa ambiciosa: la traducción completa del Antiguo Testamento.
A este equipo de trabajo, el más antiguo de estas características en Tierra Santa, se debe la célebre traducción de la Biblia de Jerusalén, considerada por los expertos como una de las traducciones más científicas realizadas hasta ahora.
Esta traducción fue concebida durante los años de la Segunda Guerra Mundial como una manera de ofrecer al gran público los descubrimientos realizados por el moderno estudio de las Escrituras. El proyecto se basó en la traducción de cada uno de los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con pies de página que explicaban el texto y con utilísimas referencias a otros pasajes de la Biblia.
La nueva traducción pretende respetar mejor la poesía de los textos originales y, naturalmente, tener en cuenta los estudios exegéticos, teológicos y patrísticos de estos últimos años.
La idea del padre Etienne Nodet, profesor de rabinismo de la Escuela, que será el coordinador de la obra, ha sido analizada en una reunión celebrada el pasado mes de septiembre, en la que participaron también colaboradores externos de esta institución.