KIEV, 16 enero 2001 (ZENIT.org).- El 13 de enero pasado regresó a Roma el padre Roberto Tucci, quien visitó Ucrania junto a una delegación vaticana para preparar la próxima visita de Juan Pablo II a ese país, prevista del 23 al 27 de junio, según ha confirmado hoy la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El padre Tucci se ha entrevistado con los representantes de las dos jerarquías católicas ucranianas, la latina y la oriental, así como con el primer ministro y representantes de la Comisión estatal para Asuntos Religiosos.
El vicepresidente de esta Comisión, ha confirmado que el Papa visitará Kiev, la capital del país, y Lvov, capital de Galitzia (Ucrania occidental) y centro de la Iglesia católica de rito bizantino-eslavo (llamada greco-católica) que cuenta con unos 4 millones de fieles.
En Kiev, el programa prevé que Juan Pablo II celebre dos misas, una en rito latino y la otra en rito bizantino-eslavo (prácticamente igual al de la Iglesia ortodoxa) pero no se ha fijado todavía el lugar.
Los obispos católicos de los dos ritos han dirigido a los fieles una carta pastoral en nombre del «Episcopado Católico de tradición oriental y occidental» con motivo del fin del Jubileo.
El texto afirma que «el Papa eslavo, desde el principio de su servicio apostólico, ha deseado visitar la tierra de San Vladimir y su capital, la ciudad de Kiev, y realizar una peregrinación a la catedral de Santa Sofía».
Los obispos ucranianos expresan sobre todo su esperanza en los frutos ecuménicos de esta visita: «Estamos convencidos de que no sólo los católicos sino de que, en general, todos esperan con respeto y atención la visita del Santo Padre, para que el mensajero del amor y de la paz de Cristo traiga la bendición de Dios… Todos conocen la preocupación del Papa por la humanidad, por sus derechos, por los derechos de todos los pueblos».
Los obispos ucranianos subrayan que tendrán la ocasión de «expresar al Santo Padre nuestra fidelidad, nuestro agradecimiento por su presencia, por la atención que ha dedicado a los pueblos eslavos. Vivimos en la esperanza de que el Papa de origen eslavo pueda venir como garante de la unidad de todos los fieles en Cristo de las diversas tradiciones».
Uno de los objetivos fundamentales de la visita del Papa a Ucrania será la promoción de buenas relaciones con la Iglesia ortodoxa, especialmente con el patriarcado de Moscú, que en los últimos años se ha manifestado contra la presencia de católicos de rito oriental en tierra ortodoxa y contra la devolución de las propiedades que les habían sido expropiadas en tiempos de Stalin.
Del resultado de este objetivo, según explican analistas de Roma y Moscú, depende un futuro viaje del Papa a la capital rusa.