El 2001 decisivo para el diálogo entre los cristianos

Habla el presidente de la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia

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MILAN, 19 enero 2001 (ZENIT.orgAVVENIRE).- El 2001 será un año decisivo para reanudar el camino ecuménico. En el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos lo asegura el presidente de la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia, el valdense y miembro laico de su Iglesia, Gianni Long.

Los evangélicos italianos han expresado esta esperanza en el recién publicado documento «Volvamos a abrir la puerta del ecumenismo» que, según Long, es una «una señal para la reanudación del diálogo», tras los problemas habidos con la interpretación de algunos recientes documentos vaticanos.

«Aunque hay que decir –precisa– que el año pasado no ha sido todo negativo: se han registrado también progresos en el camino ecuménico».

–¿Cuáles en especial?

–Gianni Long: Pienso en el acuerdo sobre los matrimonios mixtos interconfesionales. Pero también en todo el trabajo sobre la Biblia: la distribución conjunta realizada. La traducción literaria interconfesional del Evangelio de Juan. La cuestión de la deuda de los países pobres, un objetivo que tanto los católicos como los protestantes han impulsado, aunque en modo diferente. No es casualidad que hayamos señalado en el documento estos puntos como temas desde los que se puede reanudar el diálogo.

Más en general, se puede decir que, cuando nos ponemos ante lo concreto, lo que hay que hacer, el ecumenismo avanza. Los problemas surgen cuando debatimos sobre principios.

–La experiencia de la oración común ¿no puede ser una oportunidad para aprender a hablar también sobre los principios?

–Gianni Long: No partimos de cero. Pensemos en todo el camino realizado sobre el Padre Nuestro o en la exégesis bíblica. En la actualidad, el intercambio entre tradiciones culturales es un hecho consolidado. Es bastante normal que, en una facultad teológica católica, se use un comentario escrito por un protestante y viceversa. Y muchas de las veces uno se da cuenta sólo cuando va a leer la nota sobre el autor, en la contraportada.

–¿Qué se puede esperar entonces de la oración en común?

–Gianni Long: Es una oración de intercesión. Y puede ayudarnos también a individuar juntos los puntos de dificultad. Es una oración genérica por la unidad de los cristianos, en la que es fácil ponerse todos de acuerdo. Pero puede haber también una invocación sobre algunos aspectos especiales del camino ecuménico. Pienso por ejemplo en las parejas mixtas: hasta hace poco años eran para todos la piedra de escándalo. Hoy, en cambio, durante los encuentros ecuménicos se convierten en argumento de oración común. Se invoca la ayuda de Dios sobre estas personas que viven personalmente el sufrimiento de la división entre las Iglesias.

–El 2001 se anuncia como un año importante. Se está debatiendo la «Carta Ecuménica Europea» y, en abril, se celebrará la asamblea de Estrasburgo. ¿Cómo ve estos dos desafíos del ecumenismo?

–Gianni Long: Me parece que sobre la «Carta Ecuménica» no tenemos muchas dificultades para llegar a un texto aceptado por todos.

Por lo que se refiere a la asamblea de las confesiones cristianas europeas, el hecho de que no se celebre en Salónica, como se había programado, es síntoma de los problemas que hay con el mundo ortodoxo. Es una pena que después de una realidad protestante como Basilea y una católica como Graz (1997), no se pueda vivir esta experiencia en un país con mayoría ortodoxa. De todos modos, Estrasburgo ofrece aspectos interesantes: es el lugar del futuro político de Europa, es la ciudad símbolo de los derechos humanos. Lo importante, de todos modos, es que este 2001 sea, en todos los sentidos, un año de apertura. Sobre esto, he encontrado muy interesante el mensaje del Papa del 1 de enero. Y esto es lo que busca también el documento que acabamos de escribir.

–Más allá de las relaciones oficiales, ¿cuál es la situación del ecumenismo hoy en Italia? ¿Se nota aquella experiencia «popular» de diálogo entre cristianos de diversas confesiones que fue impresionante para muchos en la última Asamblea ecuménica de Graz?

–Gianni Long: El Jubileo ha sido un problema por diversas razones. Pero este espíritu permanece. Lo veo también por todo lo que se ha organizado durante esta semana de oración. El ecumenismo es un tema apreciado. Pero no nos hagamos ilusiones: también en el tema de la unidad de los cristianos nos encontramos con el problema de cómo ir más allá de los más «comprometidos». Quizá para hacer crecer esta conciencia se podría pensar en algún encuentro ecuménico más de masa, como por ejemplo el «Kirchentag» en Alemania.

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ZENIT Staff

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