Nace un nuevo grupo de trabajo entre obispos católicos y anglicanos

Pretende promover la unidad entre las dos confesiones cristianas

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CIUDAD DEL VATICANO, 25 enero 2001 (ZENIT.org).- La Santa Sede anunció hoy la creación de un nuevo grupo de trabajo entre la Comunión Anglicana y la Iglesia Católica para fomentar las mutuas relaciones.

«El grupo de trabajo anglicano-católico Romano, que incluye destacados representantes de la Iglesia de una gran variedad de países, asistidos por especialistas, tendrá como cometido revisar las relaciones entre católicos y anglicanos en el mundo, consolidar los resultados de más de 30 años de
contacto y de diálogo ecuménico y planear un curso para el futuro», explica el comunicado conjunto.

Se trata de una idea que surgió en un encuentro internacional especial de los obispos anglicanos y católicos romanos, celebrado en Mississauga (Canadá), en mayo de 2000. El encuentro, presidido por el arzobispo de Canterbury, George Carey, y el cardenal Edward I. Cassidy, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, consistió en una semana de oración, trabajo en grupo y discusión, y en reflexiones sobre las relaciones en las diferentes partes del mundo.

«En una declaración final que llevaba por título «Communion in Mission» –explica el comunicado distribuido hoy por la Sala de Prensa de la Santa Sede–, los obispos [de las dos confesiones] consideraron que los anglicanos y los católicos comparten un grado de fe común tal que es posible una mayor cooperación y misión con respecto al presente».

Por este motivo, añade la nota vaticana, «pidieron que se estableciese una nueva comisión que contribuya a esta mayor cooperación, destinada principalmente a la preparación de una declaración conjunta de fe ocupe la parte principal de la agenda».

El grupo, que tendrá su primera reunión en los próximos meses estará presidido por el obispo anglicano de Highvale (Sudáfrica), David Beetle, y por el arzobispo católico de Brisbane (Australia), John Bathersby.

El comunicado termina recordando que, desde 1970, la Comunión Anglicana y la Iglesia Católica Romana están comprometidas en un diálogo teológico estable a través de una comisión especial, ARCIC (Comisión Internacional Anglicana-Católica Romana) que prosigue el trabajo realizado hasta el momento.

Enrique VIII fue reconocido en 1531 como cabeza suprema de la Iglesia anglicana, después de que éste recibiera por parte del Papa la negativa de reconocer la nulidad de su matrimonio y de permitir que se uniera en sacramento con Ana Bolena. Dos años después el obispo de Roma excomulgaba al rey inglés.

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ZENIT Staff

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