El canciller del país, Javier Murillo, declaraba ayer que «el país recibió la noticia con enorme beneplácito, porque corresponde al reconocimiento del espíritu profundamente católico y cristiano del pueblo boliviano».
El prelado dijo que su elevación al cardenalato, el próximo 21 de febrero, junto a otros 44 obispos, «no es un motivo de orgullo, sino de mayor compromiso y de más trabajo hacia Dios y hacia el pueblo. Esta tarea la voy a cumplir con toda mi fe y voluntad».
El futuro cardenal pertenece a la orden de los padres Redentoristas. En 1962 se ordenó sacerdote y es obispo de Santa Cruz de la Sierra desde el 5 de febrero de 1991 (posteriormente fue elevada a arquidiócesis).
El último cardenal de Bolivia fue el alemán nacionalizado Clemente Maurer, también redentorista, quien murió en junio de 1990. Había sido nombrado por Pablo VI en 1967.