ROMA, 7 mayo 2001 (ZENIT.org).- Tras las etapas de Grecia y Siria, la peregrinación tras las huellas de san Pablo llevará este miércoles a Juan Pablo II a Malta, la isla que ofreció hospitalidad al apóstol de los gentiles en un naufragio narrado en los Hechos de los Apóstoles.
La segunda visita del Papa Wojtyla a Malta (la primera tuvo lugar en 1990) durará tan sólo 30 horas. El ambiente en estos momentos es de fiesta. En este país de 391.670 habitantes, los católicos constituyen el 91% de la población y la práctica religiosa dominical alcanza el 65%.
La fiesta es doble, pues durante su visita el pontífice beatificará a los tres primeros beatos malteses.
Entre ellos destaca el padre George Preca (1880- 1962), sacerdote diocesano y fundador de la Sociedad de la Doctrina Cristiana. Esta institución, formada por hombres y mujeres laicos célibes, está dedicada al estudio, reflexión, oración y enseñanza de la catequesis a los jóvenes. Por sus sedes –esparcidas en casi todas las parroquias– ha pasado la mayor parte de los jóvenes de la isla que se preparaban a la primera comunión y a la confirmación.
El padre Preca distribuía entre los miembros de la sociedad copias de los Evangelios, algo raro, casi sospechoso, en aquellos tiempos, en las primeras décadas del siglo XX, treinta años antes del Concilio Vaticano II. Hoy día la institución que fundó se encuentra esparcida en varios países: Inglaterra, Sudán, Albania y Australia.
La segunda beata maltesa de la historia será la benedictina María Adeodata Pisani (1806-1855) que, a pesar de haber vivido en un monasterio de clausura durante 26 años, se hizo famosa en la isla por su santidad y amor a los pobres.
El tercer beato maltés es Nazju Falzon (1813-1865), gran abogado que dejó la carrera para consagrarse a Dios y dedicarse particularmente a la catequesis de muchachos y adultos.
En estos momentos, como ha explicado el padre Giuseppe Mifsud Bonnici, rector del seminario arzobispal del país, a la agencia vaticana Fides, Malta está experimentando la «crisis de valores» que embiste a muchos otros países. «Mucho depende de la propuesta que la Iglesia de Malta sepa dar: la visita del Papa y las beatificaciones darán ciertamente nuevo ímpetu y vigor a la misión de la Iglesia».
El Papa será recibido en el aeropuerto internacional de Malta a las 14:00, hora local. Tras la ceremonia de bienvenida se dirigirá al palacio presidencial de La Valletta para efectuar una visita de cortesía al presidente de esta República.
La gran beatificación tendrá lugar al día siguiente, miércoles 9 de mayo, en la Plaza de los Graneros de Floriana. En la tarde, tras visitar el Centro de la Sociedad de la Doctrina Cristiana en Hamrun, donde se encuentra la tumba del nuevo beato George Preca, se despedirá del pequeño país para regresar a Roma.