BUCAREST, 11 mayo 2001 (ZENIT.org).- La reciente visita de Juan Pablo II a Grecia fue beneficiosa, declaró el jueves pasado en esta ciudad el patriarca ortodoxo rumano Teoctist, al margen de una reunión del Consejo Mundial de Iglesias.
«Esta visita fue beneficiosa para la idea de ecumenismo, de diálogo y de acercamiento» entre las Iglesias católica y ortodoxa, estimó el patriarca en declaraciones publicadas por AFP.
Igualmente, Su Beatitud Teoctist se declaró «optimista» ante una posible visita del Papa a Moscú, pese a las reticencias que en varias ocasiones ha mostrado el patriarca ortodoxo de Rusia, Alejo II.
Rumanía fue, en mayo de 1999, el primer país de mayoría ortodoxa pisado por un obispo de Roma. El viaje constituyó un paso histórico para la reconciliación entre católicos y ortodoxos rumanos.
La Iglesia ortodoxa rumana y la Iglesia católica han avanzado significativamente para encontrar acuerdos que garanticen la presencia y derecho de los greco-católicos (cristianos de tradición y liturgia orientales, como los ortodoxos, pero fieles al Papa).
Estas comunidades perdieron sus bienes, y fueron obligadas a pasar a la Iglesia ortodoxa en tiempos de la persecución de Stalin. Ahora están renaciendo con fuerza, lo cual ha suscitado comprensibles inquietudes entre sectores ortodoxos. En este país, sin embargo, una Comisión mixta católico-ortodoxa está logrando que los problemas prácticos de convivencia (restitución de templos, etc.) sean superados.