Este santo bautizó al rey Tiridates III en el año 3001, haciendo que ese país se convirtiera en el primero en abrazar oficialmente el cristianismo. Cristianos de Armenia huyeron del país en el siglo XI, cuando tuvo lugar la invasión de los seléucidas y fundaron en Cilicia la Pequeña Armenia, sede del Aram I.
Divididos después de más de 1500 años, católicos y armenios apostólicos pusieron fin, en 1996, a sus diferencias sobre la naturaleza de Cristo, cuestión teológica que había sido la causa de la separación original.
La Iglesia ortodoxa armenia cuenta hoy con unos 7 millones de fieles, de los cuales tan sólo 2 millones viven en Armenia. Los demás viven en la diáspora como consecuencia en buena parte de la represión perpetrada por el Imperio Otomano.
Juan Pablo II debería viajar a Armenia el 25 de septiembre para participar en las celebraciones del aniversario de la declaración del cristianismo como religión oficial en ese país, según reveló el 10 de mayo la agencia Ria Novosti, citando fuentes de la comisión encargada de las celebraciones. La noticia no ha sido confirmada todavía por la Santa Sede.