CIUDAD DEL VATICANO, 18 octubre 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II está convencido de que la inmigración, en particular de musulmanes en países cristianos, constituye una oportunidad, explicó al presentar el mensaje pontificio para la Jornada Mundial de las Migraciones 2002 el padre Angelo Negrini, oficial del Consejo Pontificio para los Emigrantes.
Al comentar con la prensa el texto pontificio sobre «Migraciones y diálogo interreligioso», el representante vaticano explicó que la presencia de musulmanes en Occidente debe ser motivo de aliento para los cristianos a «responder con una vida conforme al Evangelio».
El padre Negrini aclara que las palabras del obispo de Roma «alientan a cristianos y musulmanes a acabar con los prejuicios, les llevan a construir una vida común basada en el respeto y la amistad y a buscar un camino hacia la justicia, la paz y la libertad».
Para esto, añadió, «es importante que la vida de cada uno se transforme en una auténtica convivencia», gracias a actitudes de auténtica caridad cristiana que, en ocasiones podrían parecer banales, pero que hacen la diferencia entre acogida y rechazo, aclaró.