«Ya era hora de acabar con esta situación y de oficializar la separación de la Iglesia católica», ha declarado el portavoz, quien ha precisado que la separación del sacerdote tuvo efecto el 21 de octubre.

Kambalazaza, de 36 años, había sido suspendido de sus funciones sacerdotales el año pasado por sus tomas de posición contra la Iglesia católica y sus dirigentes.

Según afirma el sacerdote, la Iglesia le había rechazado por haber organizado encuentros de expulsión de demonios. Representantes de la Iglesia católica, sin embargo, han constatado la ausencia total de respeto por la normativa que la Iglesia ha establecido en materia de exorcismos, y que constituye una garantía para el pueblo de Dios.

Es la primera separación de este tipo que se produce en la Iglesia católica de Malawi, sumamente activa y dinámica en el país, que este año celebra su primer centenario. Cuenta con dos millones de fieles en una población de once millones de personas. El resto de los creyentes pertenecen a otras comunidades cristianas, a la religión islámica y al animismo.