Ataque contra una iglesia en Pakistán: dieciséis muertos

«Condena absoluta» del Papa

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CIUDAD DEL VATICANO, 28 octubre 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha condenado enérgicamente el «terrible» atentado en el que perdieron la vida este domingo dieciséis personas al ser atacada una iglesia católica en Bahawalpur (este de Pakistán) por seis hombres armados.

El ataque también provocó un número indeterminado de heridos, aunque testigos presenciales indicaron que al menos cinco personas, incluidos cuatro niños, fueron trasladadas a un hospital.

Nada más conocer la noticia, el Papa envió un telegrama al nuncio apostólico en Pakistán, el arzobispo Alessandro D´Errico, para expresar su «condena absoluta de este nuevo trágico acto de intolerancia».

Asimismo, en el mensaje enviado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, el pontífice transmite su más sentido pésame a las familias de las víctimas y asegura su cercanía y oraciones «a todos los que han sido afectados por este malvado acto».

El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, condenó este «ataque terrorista», cuyo objetivo es «crear la división en Pakistán, donde cristianos y musulmanes siempre vivieron en paz y respeto mutuo».

«Estoy profundamente entristecido y mis recuerdos van a las víctimas y a sus familias», declaró a través de un comunicado, precisando que el caso estaba siendo investigado y que sus autores serían «perseguidos y llevados ante la justicia».

Los asaltantes llegaron a la iglesia en motocicleta y dispararon a los fieles con kalashnikovs, indicó la Policía.

El ataque no había sido reivindicado al cierre de esta edición. El jefe de la Policía de Bahawalpur, Arif Ikram, consideró como posible el que se trate de «una represalia por los ataques estadounidenses en Afganistán, pero podría tratarse también de un simple acto terrorista».

La iglesia de Santo Domingo, ubicada en el barrio residencial de Gulzar e Sadiq, es católica. Como los protestantes no tienen su propio templo en la zona, el obispo de la diócesis había permitido que pudieran celebrar en ella sus oficios religiosos en horarios establecidos. De hecho, muchas de las víctimas son de esta confesión, explicó sor Anna Bajshi, madre superiora del convento de Bahawalpur.

Entre las víctimas figuran un pastor protestante y un policía apostado en la puerta de la iglesia que, según los testigos, dormía. Unos 150 fieles se disponían a salir del templo cuando se oyeron los primeros disparos, explicó Azhar Rashid, portavoz de la Iglesia en Punjab.

Según él, los atacantes eran «todos barbudos», por lo que se supone que pertenecían a un grupo extremista radical. La tensión entre la población y la pequeña comunidad cristiana de Bahawalpur no es nueva. Una religiosa estadounidense fue asesinada en el jardín de su casa en 1988.

Los cristianos de este barrio se sentían particularmente amenazados desde los atentados del pasado 11 de setiembre en Estados Unidos y hace poco pidieron a las autoridades protección policial frente a su iglesia.

Como respuesta, se decidió encomendar la seguridad durante los servicios religiosos a un policía, medida que los fieles consideraban insuficiente.

Los cristianos de Pakistán, un 2 por ciento de la población entre católicos y protestantes, tienen serios problemas para hacer respetar algunos de sus derechos fundamentales, en una república de inmensa mayoría islámica.

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ZENIT Staff

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