«Se trata del peor ataque que ha habido y el Gobierno tiene que dar protección a la comunidad cristiana», declaró en rueda de prensa desde Karachi Salim Jokar, dirigente del Movimiento de la Minoría de Pakistán.
«Desde el inicio del ataque estadounidense (en Afganistán), escribimos cartas al presidente Pervez Musharraf y al ministro del Interior, Moinuddin Haider, para que tomen medidas de seguridad, pero nuestras peticiones no fueron atendidas», agregó.
«Exigimos una investigación judicial al más alto nivel, la detención de los asesinos y una ayuda económica inmediata para las víctimas», declaró Michael Javed, presidente de otra organización, el Frente de la Minoría de Pakistán.
Al menos 18 personas, mayoritariamente protestantes, que asistían a misa en la mañana del domingo en la iglesia de Santo Domingo murieron por los disparos de tres hombres armados. El 2 por ciento de la población paquistaní es cristiana y es aceptada a regañadientes por la inmensa mayoria de esta república islámica.
