Encontrados los descendientes del indio Juan Diego

Conclusiones de un estudio antropológico

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CIUDAD DE MEXICO, 6 febrero 2002 (ZENIT.org).- La canonización de Juan Diego, será «un acto de justicia», un reconocimiento de las raíces indígenas del catolicismo mexicano, afirman los «descendientes» del indígena testigo de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe.

La constatación de la existencia de descendientes de Cuauhtlatoatzin (este era su nombre nahuatl) constituye una auténtica novedad. Es el fruto de cuatro años de investigaciones de un estudio antropológico encargado por la Conferencia Episcopal Mexicana.

Ha sido dirigido por la antropóloga española Asunción García, tomando en cuenta los archivos de las misiones católicas de México.

«Hemos utilizado documentos de las bibliotecas de aquí, de México, y de España, así como la historia oral, que es muy importante», explica García en declaraciones a la agencia de la Conferencia de Obispos Estadounidenses, «Catholic News Service».

El resultado de la investigación ha llevado –afirman los autores– a la identificación de un grupo de indígenas descendientes de la familia de Juan Diego, que conservan todavía hoy usos y costumbres de aquel ascendiente del siglo XVI.

«Catholic News Service», ha logrado hablar con varios de los descendientes de Juan Diego. Entre ellos se encuentra Raimundo Yebra Soriano, de 70 años. Al igual que su mujer de 54 años, Hilda Chávez Soriano, cuyo árbol genealógico también se encuentra con el de Juan Diego, reivindica con orgullo su identidad étnica y católica.

Los dos esperan con impaciencia el 30 de julio, día en el que Juan Pablo II debería canonizar a su antepasado en México. Consideran que será un reconocimiento del papel desempeñado por los primeros indígenas que se convirtieron en apóstoles del mensaje cristiano en América.

El descubrimiento de antepasados de Juan Diego adquiere gran actualidad en México, pues el ex abad de la Basílica de Guadalupe, el sacerdote Guillermo Schulenburg, ha negado públicamente la existencia histórica de Juan Diego.

«Nosotros, en cuanto descendientes, queremos que Juan Diego sea canonizado. No somos importantes, en cambio es importante saber que el proceso canónico llega a la conclusión», declara Hilda Chávez

Según el estudio de los antropólogos, habría que revisar la idea de que Juan Diego fuera un indio de humilde condición. Las tradiciones orales hacen pensar en cambio en un origen noble.

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ZENIT Staff

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