CIUDAD DEL VATICANO, 19 febrero 2002 (ZENIT.org).- La Iglesia católica en Eslovenia se prepara para vivir una renovación radical de su pastoral con la promulgación de las Actas del primer Concilio plenario de la Iglesia en Eslovenia que tendrá lugar en Ljubljana, el próximo 18 de mayo.
Juan Pablo II ha nombrado al cardenal Jozef Tomko, prefecto emérito de la Congregación para la evangelización de los Pueblos, su enviado especial para esta celebración.
El Concilio fue anunciado en mayo de 1997 y se articuló en dos sesiones, celebradas en noviembre de 1999 y en el mismo mes de 2000. Las actas conclusivas fueron aprobadas por la Santa Sede en diciembre del año pasado.
El Concilio ha implicado una reorganización decisiva en la Iglesia, tras la fase de transición que siguió a cuatro decenios de dominación comunista, como ha confirmado el arzobispo de Lubliana, Franc Rodé, en declaraciones a «Radio Vaticano».
«El tema del Concilio –revela monseñor Rodé- está bien expresado en su título: «Elige la vida», sacado del libro del Deuteronomio. En resumen, el Concilio ha tratado de la reorganización pastoral de la Iglesia eslovena, en base a un plan pastoral global que define la actividad de la Iglesia en todos los sectores de la vida».
«El acento se ha puesto sobre todo en la catequesis, la transmisión del mensaje evangélico a las jóvenes generaciones y la pastoral de la familia, además de otros aspectos», revela el arzobispo.
«El sistema comunista, que duró 45 años –añade–, llenó a la gente de temores. Los cristianos no se atreven todavía a presentarse públicamente, no se atreven a comprometerse en la vida pública: por miedo y también porque, todavía hoy, en esta época de postcomunismo, no se puede hablar de una igualdad total entre la gente».
«El creyente es todavía de discriminado de manera sutil en ciertos ambientes de la administración del Estado, de la cultura, de la educación nacional», constata.
«Hay que infundir más valor, más fuerza interior a los cristianos, de modo que se presenten con una identidad clara y firme ante los compromisos que presenta la sociedad –sugiere–. Pienso que este cambio de la conciencia cristiana y esta afirmación de una identidad más fuerte y más clara de los católicos, es una de las tareas del primer Concilio plenario esloveno».
El 70% de los dos millones de eslovenos son católicos.