Juan Pablo II con obispos amigos de los Focolares

Les deja como consigna promover la «espiritualidad de comunión»

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CIUDAD DEL VATICANO, 28 febrero 2002 (ZENIT.org).- Por sorpresa, Juan Pablo II recibió este jueves en audiencia a más de ochenta obispos de los cinco continentes amigos del Movimiento de los Focolares, nueva realidad eclesial fundada por Chiara Lubich.

En el encuentro, el Santo Padre dejó a los obispos como consigna promover la «espiritualidad de comunión», sobre la que él mismo reflexionó ampliamente en su carta programática para la Iglesia de inicios de siglo, la «Novo millennio ineunte».

La espiritualidad de comunión es también el tema que había reunido a los prelados, que con este encuentro, celebrado en Castel Gandolfo, recordaron los 25 años de la primera reunión de obispos amigos de los Focolares.

El Papa explicó que la comunión en la Iglesia es una «realidad constitutiva de su misma naturaleza», pues está llamada a ser «signo e instrumento de íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano».

«La comunión dentro del pueblo cristiano, por tanto, pide ser cada vez más asimilada, vivida y manifestada, gracias también a un decidido compromiso programático, a nivel de Iglesia universal y de Iglesias particulares», añadió el Santo Padre, compromiso que debe comenzar por los pastores.

El servicio a la comunión, siguió aclarando, «está intrínsecamente marcado por la Cruz», que reconcilió a los hombres con el Padre y entre sí. Siguiendo el ejemplo de Jesús, subrayó, «la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, continúa su obra».

Esta fue la experiencia de los apóstoles, siguió diciendo: «su ministerio de comunión y de evangelización gozó de la misma fecundidad del de Cristo: la fecundidad del grano de trigo que produce mucho fruto si muere y porque muere en tierra».

Signo por excelencia de esta fecundidad, concluyó, «son los frutos del Espíritu, ante todo amor, alegría y paz, que caracterizan, en la variedad de expresiones y carismas, el testimonio de los santos de toda época y nación».

En su discurso, el Papa Wojtyla saludó de manera especial a Chiara Lubich, presente en la audiencia, quien ha mantenido varios encuentros y conferencias con los obispos reunidos en Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros de Roma.

En nombre de los presentes, saludó al obispo de Roma el cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga. En sus palabras, trazó el camino recorrido por los obispos amigos de los Focolares desde 1977, cuando se encontraron por ver primera.

«Entonces éramos doce –recordó–, hoy somos varios centenares los obispos que se encuentran en varias partes del mundo para profundizar en la espiritualidad de comunión surgida en el Movimiento de los Focolares».

Esta nueva realidad eclesial inspira directamente la espiritualidad de más de cuatro millones y medio de personas en 182 países.

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ZENIT Staff

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