CIUDAD DE MÉXICO, 1 marzo 2002 (ZENIT.org).- La canonización de Juan Diego, el próximo 30 de julio, podría convertirse en la misa más multitudinaria de la historia, han señalado a Zenit fuentes de la Iglesia católica en México.
El Santo Padre, que visitará la Ciudad de México, al concluir las Jornadas Mundiales de la Juventud de Toronto, debería presidir la proclamación de la santidad del indígena testigo de las apariciones de Guadalupe en un terreno de 1.000 hectáreas en los municipios de Ecatepec y Texcoco, en las afueras de la capital mexicana.
Según un cálculo de fuentes de la Nunciatura Apostólica, comunicado a las agencias de noticias internacionales, se espera la participación de unos cinco millones de personas.
La misa más multitudinaria de la historia hasta la fecha la presidió también el Papa Wojtyla con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud de Manila, en enero de 1995. Se calcula que el número de los presentes osciló entre los cuatro o cinco millones.
Es fácil que esta cifra sea superada el 30 de julio, pues si bien no hay datos oficiales se considera que la Ciudad México y las poblaciones colindantes tienen una población ampliamente superior a los veinte millones de habitantes.
México es el segundo país católico del mundo, con unos noventa millones de bautizados (el 90% de la población).
En su visita a México, además, el pontífice beatificará a otros dos indígenas, laicos, martirizados en el año 1700.
Los nuevos beatos mexicanos serán Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, ambos padres de familia, asesinados en el estado de Oaxaca. Los dos indígenas recibieron el encargo de los misioneros dominicos de ser «fiscales», les ayudaban en el cuidado de los templos y en vigilar la pureza de la fe cristiana recibida.
En el cumplimiento de este deber fueron asesinados en 1700 en San Francisco Cajonos, diócesis de Antequera, en Oaxaca. El decreto de beatificación fue promulgado el 7 de julio pasado por la Congregación para las Causas de los Santos en presencia del obispo de Roma.
Será el quinto viaje de Juan Pablo II a México y tendrá lugar entre el 29 y el 31 de julio.