JACKSONVILLE, 27 febrero 2002 (ZENIT.org).- Las conferencias de religiosos de Estados Unidos han manifestado su preocupación ante los efectos que tendría una respuesta indiscriminada de su país a los ataques terroristas.
La toma de posición fue hecha pública en la reunión de las juntas directivas de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos (CMSM) y la Conferencia de Liderazgo de Religiosas (LCWR) de Estados Unidos, celebrada en Jacksonville el 20 de febrero.
Al final del encuentro se aprobó una declaración con el título «Líderes de los Institutos Religiosos Comprometidos en Caminos de Paz y Justicia».
«Lloramos la pérdida de miles de vidas inocentes desde el 11 de septiembre por los actos de terror y la respuesta militar –reconoce la declaración–. Creemos que las condiciones que han hecho surgir la violencia en nuestro mundo deben ser enderezadas».
«Creemos también que ninguna condición justifica el uso del terror y la violencia contra gente inocente –sigue diciendo–. No creemos que el uso de la acción militar que causa una destrucción desproporcionada de vidas humanas pueda ser justificada».
En particular los religiosos y religiosas afirman: «En especial, estamos preocupados porque la amenaza de extender la acción a otras regiones y países llevará a una rápida escalada de acción militar, sin claros objetivos o expectativas razonables de éxito».
«Los derechos humanos y la dignidad de las personas están amenazadas cuando cualquiera es detenido sin causa clara, con el debido proceso o trato justo», señalan.
Asimismo, reconocen que «las libertades civiles están en riesgo cuando las políticas encaminadas a incrementar la seguridad en nuestro proprio país son muy restrictivas o desigualmente aplicadas» o cuando «las necesidades de los pobres y marginados en nuestro proprio país están siendo sacrificadas para financiar el gran incremento de los gastos en seguridad militar e interna».
En su tiempo, recuerda la declaración de los religiosos estadounidenses, «Jesús, hablando a un pueblo bajo ocupación de un poder militar, dijo, «Bienaventurados los que construyen la paz porque serán llamados hijos de Dios». Hoy, que vivimos en una época de inusitada violencia, nos comprometemos a buscar nuevos caminos de paz y justicia, para enderezar las muchas formas de violencia en nuestro ambiente y para forjar nuevos puentes de comprensión que den a luz esperanza y dignidad humana».
El número de miembros de las conferencias CMSM y LCWR es de aproximadamente 1.500 religiosos y religiosas líderes que son responsables de más de 700 institutos católicos en Estados Unidos. Los miembros de las dos conferencias representan a más de 100.000 hermanas, hermanos y sacerdotes religiosos.
