CIUDAD DEL VATICANO, 12 marzo 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II recibió esta mañana al líder de los greco-católicos de Ucrania, el cardenal Lubomyr Husar, en momentos decisivos para el futuro del país.
La Iglesia greco-católica (de rito oriental) elevó este domingo pasado oraciones en Lvov por la celebración de elecciones legislativas transparentes el 31 de marzo, según informaba este lunes la agencia «Ukrainsky novyny».
Celebraciones religiosas por estas intenciones se celebrarán todos los días hasta la fecha de las elecciones, informó un portavoz de la Iglesia católica de rito oriental, Yuri Savuk, en declaraciones citadas por la agencia.
Monjas ucranianas de rito oriental están haciendo una campaña especial de oraciones por la difícil situación que atraviesa el país, informaba sor Irina del monasterio de San Vassyl en Lvov.
«Cada monja se recoge todos los días durante unos días en oración por estas intenciones. Los ucranianos deben elegir a aquellos que no olviden sus deberes cristianos», añadió en declaraciones publicadas este martes por AFP.
El arzobispo mayor de Lvov de los ucranianos, de 69 años de edad, informó al Santo Padre sobre la evolución de las comunidades a él confiadas a finales de diciembre del año 2000.
Ambos hicieron también un balance de las repercusiones de la visita de Juan Pablo II a Ucrania, que tuvo lugar entre el 23 y el 27 junio del año pasado, en la que beatificó a 28 greco-católicos mártires, víctimas del comunismo y del nazismo.
Los casi 50 millones de ucranianos son, según datos de Radio Vaticano, en un 60 por ciento ortodoxos. Los católicos conforman el 11 por ciento de la población. De entre ellos, el 9 por ciento son católicos de rito oriental.
El Parlamento ucraniano pidió el 5 de marzo al fiscal general que abra una investigación contra el presidente del país, Leonid Kutchma, acusándole de complicidad en el asesinato de dos diputados, ordenado por un ex primer ministro ucraniano Pavlo Lazarenko, que actualmente se encuentra encarcelado en Estados Unidos.
La petición de investigación se produce plena campaña electoral, en la que el presidente Kutchma apoya una coalición de cinco partidos centristas.